Científicos de todo el mundo están revisando cómo se transmite el nuevo coronavirus y las posibles vacunas en una conferencia de la Organización Mundial de la Salud que comenzó el martes.
“Lo que más importa es detener el brote y salvar vidas. Con su apoyo, eso es lo que podemos hacer juntos”, dijo el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la reunión de dos días en Ginebra.
La OMS dijo que unos 400 científicos estaban participando.
El coronavirus, identificado por primera vez en China el 31 de diciembre, ha matado a más de 1.000 personas, ha infectado a más de 42.000 y ha llegado a unos 25 países.
Los participantes también discutirán la fuente del coronavirus, que se cree que se originó en los murciélagos y llegó a los humanos a través de otro animal como las serpientes o los pangolines.
No existe un tratamiento específico o una vacuna contra el coronavirus, que puede causar insuficiencia respiratoria.
Tedros, que ha instado repetidamente a los países afectados a que compartan sus datos, hizo un llamamiento a la “solidaridad” mundial.
“Esto es especialmente cierto en relación con el intercambio de muestras y secuencias. Para derrotar este brote, necesitamos un intercambio abierto y equitativo, de acuerdo con los principios de justicia y equidad”, dijo.
“Esperamos que uno de los resultados de esta reunión sea una hoja de ruta acordada para la investigación en torno a la cual se alineen los investigadores y los donantes”, dijo Tedros.
Varias empresas e institutos de Australia, China, Francia, Alemania y Estados Unidos están compitiendo para desarrollar una vacuna contra el coronavirus, un proceso que normalmente lleva años.
Cuando se les preguntó si se permitiría a los científicos de Taiwán participar en la conferencia de Ginebra de esta semana, los funcionarios de la OMS dijeron que lo harían, pero solo en línea, junto con colegas de otras partes de China.
Si bien la OMS no trata directamente con Taiwán y solo reconoce a Beijing, a menudo se permitió a Taiwán asistir a las asambleas anuales y a las reuniones paralelas en calidad de observador.
Sin embargo, en los últimos años se ha congelado a medida que Beijing adopta una postura cada vez más combativa hacia la democrática Taiwán, a la que considera su propio territorio.