Mientras que la IA ha recibido mucha atención de los medios de comunicación en los últimos años, la consolidación silenciosa de las empresas privadas del sector ha sido algo ignorado.
Una tendencia
La “captura industrial” es el término utilizado por los especialistas en IA para describir esta tendencia, que ha llevado a que un grupo selecto de personas y organizaciones controle la mayoría de los recursos y conocimientos del sector.
Los programas informáticos empleados por miles de millones de usuarios, así como los servicios jurídicos, los medios de comunicación, las universidades y otros sectores se han visto alterados por este cambio.
Una industria en expansión
Un estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha cuantificado este fenómeno. Según su información, para el año 2020, el 70 % de los doctores en IA habrán encontrado empleo en el sector privado, en comparación con el 21 % en 2004.
Del mismo modo, el número de profesores empleados por empresas de IA se ha multiplicado por ocho desde 2006. Esto se debe al rápido crecimiento de las grandes corporaciones informáticas como Google, Microsoft y Amazon, que son las únicas que disponen de los recursos necesarios para utilizar la IA generativa, la tecnología que hay detrás de servicios como ChatGPT.
El problema de la “captura industrial”
Los investigadores del MIT también señalan que la brecha entre la financiación pública y privada de la investigación y el desarrollo de la IA es significativa. Mientras que las agencias del gobierno de EE. UU. no dedicadas a la defensa invertirán 1.500 millones de dólares en IA en 2021, la Comisión Europea fijó el presupuesto en 1.000 millones de euros. En comparación, el sector privado gastará más de 340.000 millones de dólares en inteligencia artificial en el mismo año.
La “captura industrial” tiene implicaciones a largo plazo. Es cada vez más difícil para los académicos examinar o auditar los modelos desarrollados en los laboratorios de las empresas para detectar posibles sesgos y perjuicios.
GPT-4 es un desafío difícil de superar
Los académicos carecen de la capacidad para construir modelos lingüísticos enormes como el GPT-4, un programa de inteligencia artificial que crea textos complejos prediciendo con precisión la siguiente palabra de una frase.
Según la investigación de Nur Ahmed, autor del estudio publicado en Science, el porcentaje de los modelos de IA más populares en manos de empresas aumentará del 11 % en 2010 al 96 % en 2021.
La solución a la “captura industrial”
Los expertos en investigación y política están de acuerdo en el diagnóstico, pero discrepan sobre cómo solucionarlo.
Mientras que algunos, como Ahmed, piensan que los gobiernos deberían crear centros de datos para uso académico exclusivamente, otros, como Meredith Whittaker, presidenta de la app encriptada Signal, creen que esto concentraría aún más el poder entre quienes poseen infraestructuras como los servicios en la nube. Sin embargo, coinciden en un punto: los responsables políticos no pueden hacer la vista gorda.
Liberar a las IA del solo lucro
Los académicos y las empresas de IA deben trabajar juntos para garantizar que el futuro de la IA no esté motivado solo por el lucro, sino también por el bien público.
Las iniciativas para aumentar la transparencia y la responsabilidad de la IA, así como para garantizar la equidad y la privacidad, también son necesarias para abordar los riesgos asociados con la captura industrial y la concentración de recursos.
Es importante que los responsables políticos presten atención a estas cuestiones y trabajen con los expertos en IA para crear un entorno justo y equitativo que promueva el bienestar de toda la sociedad. Solo así podremos aprovechar todo el potencial de la IA para mejorar nuestras vidas, sin dejar a nadie atrás.