Ubicada en un anodino edificio de Tel Aviv, una empresa israelí utiliza robots para agilizar las compras por Internet sustituyendo a los empleados humanos por ellos mismos.
Un robot zumbaba por un raíl entre dos estanterías altas repletas de cápsulas de café, se detenía, giraba a la derecha, encendía una luz, cogía un artículo y lo metía en una bolsa de papel.
Según Eyal Yair, cofundador y CEO de 1MRobotics, que desarrolló el almacén automatizado a finales del año pasado, “los compradores quieren adquirir sus cosas, cada vez más rápido”.
Los plazos de entrega que antes tardaban dos días pueden cumplirse ahora en uno, y luego en dos, y finalmente en diez minutos, añadió.
La zona de almacenamiento de la cápsula mide 30 metros cuadrados, y tiene una escotilla en el lado de la calle donde el robot trabaja para cumplir los pedidos en línea de mensajeros y clientes.
El trabajo del modesto robot consiste en recibir pedidos, empaquetarlos y prepararlos para su envío, mientras que los humanos solo son necesarios para reponer existencias y organizar la distribución.
Yair afirmó que, aunque ya se utilizan robots para empaquetar alimentos en grandes supermercados de todo el mundo, la magnitud de los almacenes de 1MRobotics les convierte en “pioneros” del sector.
Según declaró a la AFP, “casi ningún actor” habla de “pequeños almacenes”, es decir, espacios de unas decenas de metros cuadrados.
En los supermercados “No tiene sentido”
Yair afirmó que solo las empresas con un bajo volumen de pedidos podrían beneficiarse económicamente de una operación centralizada controlada por humanos en lugar de máquinas.
El problema surge, sin embargo, “si empiezas a escalar y a ocuparte de docenas de pedidos al día, necesitas miles de personas”, explicó. “Entonces ya no es tan rentable”.
Antes del brote de COVID-19 ya existía un gran impulso en el sector del comercio electrónico, pero ahora las empresas se esfuerzan por seguir el ritmo de la creciente demanda de procesamiento y entrega rápidos.
Según Yair, para que la solución funcione son necesarios “almacenes pequeños, muy cerca de los clientes y, al fin y al cabo, estos pequeños almacenes tienen que estar automatizados”.
La sede de 1MRobotics estaba en el sur de Tel Aviv, donde hombres y mujeres jóvenes, casi todos graduados de las divisiones de robótica y tecnología del ejército israelí, modificaban robots disponibles en el mercado.
La inteligencia artificial está integrada en los mecanismos de agarre y embalaje de los robots, lo que les permite manipular productos delicados como los frescos y, mediante una técnica especial, también productos congelados.
Yair explicó que los robots y las unidades de almacenamiento de la empresa pronto trabajarán con una tienda de bebidas alcohólicas en Brasil, minimercados en Alemania y una empresa de telefonía móvil en Sudáfrica, y que la empresa también desarrolla los contenedores que funcionarán como minialmacenes.
Para él, las tiendas de ultramarinos tienen los días contados y el auge de “infraestructuras logísticas hiperlocales” como sus almacenes automatizados es inevitable.
Dice que “no habrá necesidad de hacer la compra una vez a la semana para toda la semana” una vez que se disponga de un servicio “en el que sepas que puedes pedir 10 productos varias veces al día y tenerlos en 10 minutos”.