La empresa israelí Watergen ha suministrado uno de sus generadores de agua desde el aire a un centro médico de la ciudad siria de Raqqa en el marco de una colaboración con la Alianza Multifaith para los Refugiados Sirios (MFA), una organización humanitaria formada por partidarios religiosos y laicos cuyo objetivo es suministrar ayuda a los refugiados sirios.
La actual guerra civil en Siria ha dejado a unos cuatro millones de sirios desplazados internamente en la región norte del país, donde carecen de acceso a agua potable, electricidad, atención sanitaria y educación.
Según el informe del Consejo de Seguridad de la ONU, «la población de las regiones del norte y el noreste de Siria sigue sin poder acceder de forma fiable a un suministro suficiente de agua potable por razones tanto medioambientales como antrópicas».
Raqqa, antiguo bastión del ISIS, ha sufrido graves daños en sus infraestructuras a causa de la guerra civil de Siria, junto con unas condiciones meteorológicas severas que han dejado a la ciudad necesitada de un suministro suficiente de agua potable.
Watergen, con sede en Petah Tikva, fabrica generadores de agua atmosférica que producen agua potable limpia y fresca a partir de la humedad del aire sin tener que conectarse a una fuente de agua. Los generadores utilizan una conexión estándar a la electricidad o a paneles solares y pueden producir hasta 6.000 litros de agua potable al día.
El generador de Siria funciona con energía solar y fue el primero de varios instalados en el centro médico de Raqqa.
Según el Director Ejecutivo del MFA, Shafi Martini, «la primera unidad, instalada el mes pasado, ha estado proporcionando agua potable a 500 desplazados internos al día. Pronto se instalará un segundo generador Watergen en otra instalación médica de la zona, y el MFA tiene previsto instalar otras unidades en hospitales y escuelas de todo el norte de Siria«.
Aunque Israel no tiene lazos diplomáticos con Siria, el presidente y director general de Watergen, Michael Mirilashvili, declaró: «A lo largo de la historia, los conflictos se han centrado a menudo en el control de las fuentes de agua. Hoy estamos haciendo lo contrario: construir la paz y un futuro común en torno a una tecnología israelí innovadora».