Zach Bergerson, reservista del ejército israelí, decidió actuar al observar que sus compañeros dependían exclusivamente de sus sentidos para detectar drones enemigos en el campo de batalla. Con formación en alta tecnología, desarrolló un dispositivo portátil que utiliza tecnología de telefonía móvil para alertar a las tropas sobre amenazas aéreas.
A los 36 años, Bergerson fundó la startup SkyHoop, que abandonó recientemente su fase de desarrollo discreto y actualmente se encuentra en pruebas en Ucrania. Paralelamente, se han iniciado conversaciones con el Departamento de Defensa de Estados Unidos para una posible evaluación. Su caso ilustra cómo reservistas israelíes aplican sus conocimientos técnicos y experiencia militar en el sector de defensa nacional.
La iniciativa ha despertado el interés de inversores tanto en Israel como en Estados Unidos, especialmente en un contexto en el que el presidente Donald Trump participa en negociaciones para lograr un alto el fuego en Gaza. Varias startups israelíes intentan satisfacer la creciente demanda europea por tecnología militar y ampliar sus exportaciones.
Según datos de Startup Nation Central, más de un tercio de las nuevas empresas de defensa en Israel se formaron después del ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre de 2023, que marcó el inicio de la guerra en Gaza. Ese mismo mes, el ejército israelí logró interceptar el 86 % de los misiles balísticos lanzados por Irán, durante una operación de doce días centrada en objetivos nucleares y sistemas de misiles, según el Ministerio de Defensa.
Este conflicto ha cambiado las prioridades en la adquisición de armamento a nivel mundial. Los ejércitos occidentales exigen soluciones tecnológicas que hayan sido validadas en combate y que provengan directamente de soldados con experiencia operacional. Cerca del 20 % de los reservistas israelíes también trabajan en el sector tecnológico, lo que permite una transferencia rápida de capacidades entre los entornos militar y civil.
El capital de riesgo, que anteriormente evitaba invertir en el sector defensa por considerarlo de alto riesgo y sujeto a regulaciones estrictas, ha comenzado a adoptar una postura diferente. Empresas israelíes y estadounidenses financian nuevas iniciativas con potencial estratégico.
Una de esas iniciativas es Protego Ventures, un fondo creado en diciembre por la reservista Lital Leshem. Su equipo ya ha evaluado unas 160 startups y ha reunido cerca de $100 millones. Leshem anticipa que unas cuatro empresas recibirán inversión antes de fin de año. En sus palabras: “Los reservistas han salido del campo de batalla y han creado nuevas empresas para resolver problemas reales que vivieron directamente en el terreno”.
Leshem reconoce que las barreras regulatorias y los desafíos para escalar en el mercado internacional son considerables. Sin embargo, sostiene que, del mismo modo que ocurrió con el sector cibernético israelí, los emprendedores pueden crecer en este nuevo contexto. Según su análisis, también se ha modificado la visión sobre el mercado objetivo. Mientras antes se priorizaba a Estados Unidos, ahora Europa adquiere una importancia creciente.
Las nuevas empresas israelíes prevén beneficiarse del cambio estratégico impulsado por Trump, quien ha exigido a los países europeos asumir una responsabilidad mayor en su defensa. Según los nuevos planes de gasto de la OTAN, el porcentaje del PIB destinado a defensa aumentará del 2 % al 5 %, con un 3,5 % asignado a capacidad militar básica y 1,5 % a inversiones en seguridad.
El aumento presupuestario, previsto para aplicarse en un periodo de diez años, implicará cientos de miles de millones de dólares adicionales en gasto militar. Este contexto ha incrementado las exportaciones de defensa de Israel, que alcanzaron los $14.800 millones en 2024. Las ventas hacia Europa representaron más del 50 % del total, frente al 35 % registrado el año anterior, según datos del Ministerio de Defensa.
El general de brigada de la Reserva Yair Kulas, jefe de la Dirección de Cooperación de Defensa Internacional, afirmó que incluso en países donde se discuten boicots, “cuando una parte realiza compras, al final, busca adquirir el producto con mejores prestaciones”. Kulas explicó que, debido a la guerra entre Rusia y Ucrania, muchos países europeos modernizan sus fuerzas armadas y transfieren equipamiento obsoleto a Ucrania. Este proceso ha provocado una mayor demanda por tecnología militar, en muchos casos fabricada por empresas israelíes.
Kulas alertó sobre el efecto de las presiones políticas, como la reciente exclusión de empresas israelíes en el Salón Aeronáutico de París. En sus palabras: “No sé cómo afectará a los resultados en 2025”, aunque considera que se trata de “un desafío significativo”.
Para Avi Hasson, representante de Startup Nation Central, la aparición de estas startups guarda relación con la evolución tecnológica que derivó en los teléfonos inteligentes. Según su evaluación, las grandes compañías de defensa israelíes como Elbit, Rafael e Israel Aerospace Industries podrían intentar adquirir o establecer asociaciones con estas nuevas empresas para acelerar sus desarrollos tecnológicos. “Ahora enfrentamos un entorno distinto”, concluyó Hasson en declaraciones a Reuters.