GlucoTrack desarrolla sensor no invasivo que mide glucosa con ondas ultrasónicas, térmicas y electromagnéticas, aprobado en Europa para pacientes con diabetes.
Innovación israelí transforma control de diabetes
GlucoTrack, una empresa con sede en Israel, ha desarrollado un dispositivo no invasivo que permite a los pacientes con diabetes monitorear sus niveles de glucosa sin necesidad de pinchazos. El sistema, conocido como GlucoTrack Modelo DF-F, utiliza una combinación de ondas ultrasónicas, térmicas y electromagnéticas para medir la glucosa a través del lóbulo de la oreja. Este avance, que recibió la aprobación de la Marca CE en Europa en 2013, representa un hito en la gestión de la diabetes, al eliminar el dolor y la incomodidad asociados con los métodos tradicionales. La tecnología ha sido probada en más de 6,000 mediciones en el Centro Médico de la Universidad Soroka en Israel, mostrando una correlación positiva con dispositivos invasivos.
El dispositivo consta de dos componentes principales: una unidad central del tamaño de un teléfono móvil y un clip personal para la oreja (PEC). El clip, que se coloca en el lóbulo, realiza lecturas en aproximadamente 60 segundos y tiene una vida útil de seis meses, lo que requiere solo dos reemplazos anuales. Cada unidad permite que hasta tres usuarios utilicen el dispositivo con clips calibrados individualmente. La calibración, que se realiza solo dos veces al año, minimiza las molestias para los pacientes. Los resultados se muestran en una pantalla y pueden transferirse a través de un puerto USB para su análisis, ofreciendo una solución práctica para el seguimiento continuo.
La tecnología de GlucoTrack combina tres métodos de medición: ultrasónica, que evalúa la propagación del sonido en el tejido; térmica, que mide cambios de temperatura relacionados con la glucosa; y electromagnética, que detecta variaciones en la conductividad eléctrica. Un algoritmo patentado integra estas mediciones para calcular un nivel de glucosa con un rango de 70 a 500 mg/dL. Este enfoque no invasivo mejora el cumplimiento del tratamiento, especialmente en pacientes con diabetes tipo 2, quienes representan la mayoría de los usuarios objetivo del dispositivo. La empresa, fundada por Avner Gal, ha trabajado durante más de dos décadas para perfeccionar esta tecnología.
En 2014, Integrity Applications, la compañía detrás de GlucoTrack, anunció planes para comercializar el dispositivo en Europa, comenzando con países como España y Países Bajos. En España, la empresa Biomed se encargó de su distribución, generando interés entre asociaciones de pacientes. Los datos clínicos recopilados en Israel han respaldado su precisión, con un margen de error comparable al de los glucómetros tradicionales. Además, el dispositivo ofrece funciones como la estimación de la hemoglobina glicosilada y la capacidad de almacenar hasta 1,000 lecturas en su memoria interna.
Datos clave sobre el sensor GlucoTrack para diabetes
- Tecnologías utilizadas: Ondas ultrasónicas, térmicas y electromagnéticas para mediciones no invasivas.
- Tiempo de lectura: Aproximadamente 60 segundos por medición.
- Vida útil del clip: Seis meses, con dos reemplazos anuales por usuario.
- Rango de medición: 70 a 500 mg/dL, adecuado para diabetes tipo 2.
- Aprobación: Marca CE obtenida en 2013 para comercialización en Europa.
- Capacidad multiusuario: Hasta tres usuarios por unidad con clips personalizados.
Avances globales en monitoreo no invasivo de glucosa

El desarrollo de GlucoTrack se enmarca en un esfuerzo global por crear tecnologías no invasivas para el control de la diabetes. Otros dispositivos, como el FreeStyle Libre de Abbott, han introducido sistemas de monitoreo continuo que, aunque requieren un sensor subcutáneo, reducen la necesidad de pinchazos frecuentes. Sin embargo, GlucoTrack destaca por no requerir ninguna inserción en la piel, lo que lo convierte en una opción única. En 2022, investigadores de la Universidad Estatal de Kennesaw en Estados Unidos presentaron un sistema basado en luz láser para medir glucosa a través de la piel, aunque aún está en fase experimental.
Por otro lado, la startup sevillana Glucube lanzó en 2023 un glucómetro no invasivo que utiliza espectroscopia óptica, registrado inicialmente como dispositivo electrónico. Este proyecto, apoyado por la Universidad de Sevilla, busca obtener la certificación sanitaria en 2024. A nivel global, empresas como Apple han explorado la integración de sensores de glucosa en relojes inteligentes, pero aún no han alcanzado la precisión necesaria para su comercialización. Estos avances reflejan el creciente interés en tecnologías que mejoren la calidad de vida de los 422 millones de personas con diabetes en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
En Israel, el ecosistema de innovación tecnológica ha sido clave para el desarrollo de GlucoTrack. El país, conocido por su liderazgo en startups de salud, ha invertido significativamente en investigación médica. El Centro Médico Soroka y otras instituciones han colaborado en ensayos clínicos que validan la eficacia del dispositivo. Además, la experiencia de Integrity Applications en el desarrollo de tecnologías no invasivas ha atraído la atención de inversores internacionales, consolidando a Israel como un referente en soluciones para la diabetes.
El impacto de GlucoTrack se extiende más allá de la tecnología. Al reducir la dependencia de consumibles como tiras reactivas, el dispositivo ofrece una alternativa económica a largo plazo. Los pacientes pueden realizar mediciones ilimitadas sin costos adicionales, a diferencia de los glucómetros tradicionales que requieren insumos constantes. Esta característica es especialmente relevante en países con sistemas de salud sobrecargados, donde el acceso a suministros médicos puede ser limitado.
Contexto histórico y desafíos del monitoreo no invasivo
La búsqueda de métodos no invasivos para medir glucosa data de décadas. En los años 1990, proyectos como el precursor de GlucoTrack fueron presentados en congresos médicos, pero enfrentaron obstáculos técnicos y regulatorios. En Israel, las primeras pruebas de GlucoTrack comenzaron en la década de 2000, con ensayos en el Hospital de la Princesa en Madrid y otras instituciones. Aunque los resultados iniciales fueron prometedores, la comercialización se retrasó debido a la necesidad de mejorar la precisión y cumplir con normativas estrictas.
Otros proyectos, como el C8 MediSensors, que utilizaba tecnología láser, fracasaron en alcanzar el mercado debido a problemas de precisión y viabilidad comercial. En 2014, un informe de MIT Technology Review destacó los desafíos de los sensores no invasivos, señalando que incluso los dispositivos más avanzados luchaban por igualar la exactitud de los análisis de sangre. A pesar de estos retos, GlucoTrack logró superar las barreras iniciales, obteniendo la aprobación regulatoria y estableciendo un estándar para futuras innovaciones.
La diabetes sigue siendo una de las principales causas de mortalidad global, con 1.5 millones de muertes atribuidas a la enfermedad en 2021, según la OMS. La necesidad de soluciones accesibles y no invasivas es urgente, especialmente en regiones donde los recursos médicos son escasos. En este contexto, GlucoTrack ofrece una alternativa que combina innovación tecnológica con practicidad, alineándose con los esfuerzos globales para mejorar la gestión de la diabetes.
En los últimos años, Integrity Applications ha trabajado en expandir la disponibilidad de GlucoTrack a mercados fuera de Europa, incluyendo Latinoamérica y Asia. La empresa ha establecido alianzas con distribuidores locales para garantizar que el dispositivo llegue a pacientes en diferentes regiones. Además, los avances en inteligencia artificial y algoritmos podrían mejorar aún más la precisión de las mediciones en futuras versiones del dispositivo, consolidando su posición en el mercado global de la salud.