Un equipo de investigación de la Universidad Ben-Gurion del Néguev ha desarrollado un proceso que convierte las aguas residuales tóxicas del ácido fosfórico en agua limpia, al tiempo que recupera valiosos ácidos.
¿Qué es el ácido fosfórico y por qué es tóxico?
El ácido fosfórico es el principal ingrediente de los fertilizantes industriales, cuya producción es una industria masiva en todo el mundo. Su método se acaba de publicar con el título “Circular Process for Phosphoric Acid Plant Wastewater Facilitated by Selective Electrodialysis” en ACS Sustainable Chemistry and Engineering, una prestigiosa revista científica publicada por la American Chemical Society.
¿Qué descubrieron los investigadores?
Lior Monat, estudiante de doctorado en el laboratorio del Dr. Oded Nir, dirigió la investigación bajo su supervisión.
“La producción de ácido fosfórico genera una gran cantidad de aguas residuales industriales que no pueden ser tratadas eficazmente debido a su bajo pH y a su alto potencial de precipitación”, explicó Nir, el co-investigador principal. “En la actualidad, las aguas residuales suelen almacenarse en estanques de evaporación, pero éstos son propensos a sufrir roturas, fugas e inundaciones. Hace sólo unos años, se produjo un desastre ecológico en Israel cuando millones de metros cúbicos de estas aguas residuales ácidas fueron arrojados a un arroyo”.
¿Qué se ha hecho hasta ahora?
Los procesos de tratamiento convencionales tienen dificultades para hacer frente a la acidez, la salinidad y la dureza de las aguas residuales, por lo que el equipo de investigación desarrolló un proceso alternativo de tres pasos para el tratamiento de las aguas residuales de ácido fosfórico que consiste en electrodiálisis selectiva, ósmosis inversa y neutralización.
Evaluaron el método con aguas residuales sintéticas en el laboratorio, con resultados positivos. El proceso recuperó con éxito el agua limpia y el fosfato, reduciendo el volumen de las aguas residuales en un 90%.
Además, no generó ninguna incrustación mineral apreciable, que podría obstruir las membranas. La necesidad de energía para el proceso también era aparentemente lo suficientemente baja como para que el método fuera sostenible y económicamente viable.
“Este proceso es muy prometedor y animamos a la industria a examinar su potencial y aplicabilidad en sus fábricas”, dijo el Dr. Roy Bernstein, co-investigador principal.
Nir, Bernstein, Monat y sus colegas Wei Zhang, Alice Jarošíková y Hao Haung son miembros del Instituto Zuckerberg de Investigación sobre el Agua, que forma parte de los Institutos Jacob Blaustein de Investigación sobre el Desierto en el campus Sde Boker de la Universidad Ben-Gurion.