RepAir Carbon usa microorganismos para capturar CO2 y generar biomasa reciclable, con costos 50% menores que métodos químicos, según informe de 2023.
Avance de RepAir Carbon en captura de carbono biológica
RepAir Carbon, una startup fundada en Jerusalén en 2020, desarrolló una tecnología innovadora que utiliza microorganismos para capturar dióxido de carbono (CO2) directamente del aire y convertirlo en biomasa reciclable. Según un informe publicado en 2023 por la empresa, esta solución captura 1 tonelada de CO2 por cada 100 kWh de energía consumida, con un costo operativo 50% menor que los métodos químicos tradicionales. La tecnología, que se encuentra en fase piloto en Israel, apunta a aplicaciones industriales a gran escala para 2026, marcando un hito en la lucha contra el cambio climático.
El sistema de RepAir Carbon aprovecha microorganismos específicos, como cianobacterias, que absorben CO2 atmosférico a través de procesos fotosintéticos. Estos organismos convierten el carbono capturado en biomasa, que puede reutilizarse como materia prima para biocombustibles, fertilizantes o productos químicos. A diferencia de los métodos convencionales de captura de carbono, que requieren altas temperaturas o productos químicos costosos, esta tecnología opera a temperatura ambiente y utiliza energía renovable, lo que reduce significativamente su huella energética.
En abril de 2025, RepAir Carbon anunció la obtención de 15 millones de dólares en una ronda de financiación de Serie A, liderada por inversores internacionales. Los fondos se destinan a escalar la tecnología y establecer asociaciones con industrias de alto impacto, como la cementera y la siderúrgica. Además, la empresa firmó un acuerdo con C-Questra, una organización europea de gestión de carbono, para lanzar el primer proyecto de eliminación de carbono en tierra de la Unión Europea, utilizando su tecnología en una planta piloto en Países Bajos.
El proceso de captura biológica de RepAir Carbon se distingue por su eficiencia energética. Mientras que los métodos químicos, como la captura por aminas, consumen entre 1,000 y 2,000 kWh por tonelada de CO2 capturada, el sistema biológico requiere solo una fracción de esa energía. Esto se logra mediante la optimización de biorreactores que maximizan la exposición de los microorganismos al CO2 atmosférico, permitiendo una absorción más rápida y eficiente.
Datos clave sobre la captura de carbono biológica en Israel
- Eficiencia energética: Captura 1 tonelada de CO2 por 100 kWh, frente a 1,000-2,000 kWh de métodos químicos.
- Costo reducido: Operación 50% más barata que tecnologías de captura química, según datos de 2023.
- Aplicaciones: Biomasa reciclable para biocombustibles, fertilizantes y productos químicos industriales.
- Escalabilidad: Fase piloto en Israel con proyección de uso industrial para 2026.
- Financiación: 15 millones de dólares obtenidos en abril de 2025 para expansión global.

Innovación israelí en la lucha contra el cambio climático
La tecnología de RepAir Carbon se basa en avances recientes en biotecnología y microbiología. Investigaciones publicadas en Nature Communications en 2024 destacan el potencial de los microorganismos fotosintéticos, como las cianobacterias, para capturar CO2 a gran escala. Estos organismos, que han evolucionado durante millones de años, son capaces de fijar carbono con una eficiencia superior a las plantas terrestres. En un experimento de laboratorio, un consorcio de cianobacterias alcanzó tasas de captura de 1.57 g de CO2 por gramo de biomasa por día, un rendimiento 14 veces mayor que los cultivos en suspensión tradicionales.
El enfoque de RepAir Carbon también responde a los desafíos de las tecnologías convencionales de captura de carbono. Según un informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA) de 2023, solo 29 plantas de captura de carbono están operativas a nivel global, limitadas por altos costos y demandas energéticas. En contraste, el sistema biológico de RepAir no requiere infraestructura compleja ni procesos de regeneración química, lo que facilita su integración en sectores industriales con emisiones intensivas.
En Israel, el desarrollo de esta tecnología se alinea con los objetivos nacionales de reducción de emisiones. El país, que firmó el Acuerdo de París en 2015, se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en 27% para 2030 respecto a los niveles de 2015. Empresas como RepAir Carbon reciben apoyo del Ministerio de Energía de Israel y de centros de innovación como el Israel Innovation Authority, que financian proyectos de tecnología limpia para posicionar al país como líder en soluciones climáticas.
El proyecto piloto de RepAir Carbon en Israel se lleva a cabo en una instalación cerca de Haifa, donde se prueban biorreactores de 10 metros cúbicos. Los resultados preliminares muestran que la tecnología puede capturar hasta 10 toneladas de CO2 por hectárea al año, superando a métodos como la reforestación, que capturan entre 2 y 5 toneladas por hectárea. La empresa planea expandir estas pruebas a sitios industriales en Europa y Estados Unidos en los próximos dos años.
Contexto global de la captura de carbono biológica
La captura de carbono biológica ha ganado atención mundial debido a su potencial para mitigar el cambio climático sin los inconvenientes de las tecnologías químicas. Un estudio de Scientific Reports de 2022 detalla cómo los biocompuestos fotosintéticos, inspirados en líquenes, pueden capturar hasta 570 toneladas de CO2 por tonelada de biomasa al año. Este enfoque, similar al de RepAir Carbon, utiliza estructuras tridimensionales para maximizar la exposición de los microorganismos al CO2, mejorando la eficiencia de captura.
A nivel global, la captura de carbono biológica aún está en etapas iniciales. Según la IEA, las tecnologías de bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS) representan solo el 2% de los proyectos de captura de carbono en desarrollo. Sin embargo, su capacidad para generar productos valiosos, como biocombustibles, las hace atractivas. En Estados Unidos, proyectos como el Illinois Industrial Carbon Capture capturan 1 millón de toneladas de CO2 al año a partir de la fermentación de etanol, pero requieren infraestructura costosa.
En Europa, el proyecto de RepAir Carbon con C-Questra marca un precedente. La planta piloto en Países Bajos utiliza biorreactores modulares que pueden instalarse en sitios industriales, capturando CO2 de fuentes puntuales como fábricas de cemento. Este modelo, que combina captura biológica con utilización de biomasa, podría replicarse en otras regiones con alta actividad industrial.
El desarrollo de tecnologías como la de RepAir Carbon refleja el creciente interés en soluciones biológicas para el cambio climático. A medida que los costos de las tecnologías químicas siguen siendo una barrera, los sistemas basados en microorganismos ofrecen una alternativa viable. En Israel, el apoyo a startups tecnológicas y la inversión en investigación posicionan al país como un actor clave en este campo, con proyectos que podrían transformar la gestión global de emisiones.