El gobierno israelí cubre hasta ocho ciclos de FIV para mujeres hasta 45 años, logrando un 4% de nacimientos por ciclo en 2016.
Israel lidera en financiación estatal de fertilización in vitro
Israel mantiene un programa estatal de financiación de fertilización in vitro (FIV) que cubre hasta ocho ciclos para mujeres de hasta 45 años, una política sin precedentes a nivel global. En 2016, se realizaron 41,143 ciclos de FIV, con una tasa de nacimientos del 4% por ciclo, según datos del Ministerio de Salud de Israel. Este respaldo, integrado en el sistema de salud pública desde 1981, permite a mujeres de diversos orígenes, incluidos judíos laicos, religiosos y ciudadanos árabes, acceder a tratamientos de reproducción asistida. La política también incluye la donación de óvulos para mujeres hasta 54 años, ampliando las opciones para quienes enfrentan infertilidad.
El programa se basa en la Ley de Seguro Nacional de Salud de 1995, que garantiza cobertura para tratamientos de fertilidad hasta el nacimiento de dos hijos por pareja. A diferencia de otros países, donde los costos de FIV suelen ser prohibitivos, Israel subsidia completamente los procedimientos en hospitales públicos y aplica copagos mínimos en clínicas privadas, como Assuta, que realiza cerca del 25% de los ciclos nacionales. En 2016, el país registró un aumento del 11% en tratamientos respecto a 2015, consolidando su posición como líder mundial en FIV per cápita.
La alta demanda de FIV refleja la cultura pronatalista de Israel, donde la familia y la reproducción son valores centrales. Según el Instituto Nacional de Investigación de Políticas de Salud, aproximadamente el 5% de los nacimientos en Israel provienen de FIV, una cifra que duplica el promedio de Estados Unidos (2%). Las clínicas, equipadas con tecnología avanzada, operan bajo estrictas regulaciones del Ministerio de Salud, asegurando estándares de calidad. Además, el país cuenta con el mayor número de centros de fertilidad per cápita, con unidades en casi todos los hospitales públicos.
Las políticas de financiación también abarcan a mujeres solteras y parejas del mismo sexo, un aspecto progresista que distingue a Israel. En 2010, una ley permitió la donación de óvulos de mujeres entre 21 y 35 años, con compensación financiera, para atender la creciente demanda. Sin embargo, las restricciones previas a esta legislación, que limitaban las donaciones solo a mujeres en tratamiento, generaron controversias, como el escándalo de 2000, cuando un médico fue acusado de extraer óvulos sin consentimiento pleno.
Datos clave sobre el programa de FIV en Israel
- 41,143 ciclos de FIV realizados en 2016, un 11% más que en 2015.
- Tasa de nacimientos por FIV: 4% por ciclo, según el Ministerio de Salud.
- Edad máxima para FIV con óvulos propios: 45 años; con donación de óvulos: 54 años.
- 5% de los nacimientos en Israel provienen de FIV, frente al 2% en Estados Unidos.
- Cobertura estatal: hasta dos hijos por pareja, sin límite de ciclos hasta los 45 años.

Avances y desafíos en la reproducción asistida israelí
El éxito del programa de FIV en Israel se atribuye a la combinación de financiación estatal, infraestructura médica avanzada y una sociedad que valora la natalidad. Desde la introducción de la FIV en 1981, el país ha celebrado hitos como el nacimiento del primer bebé por FIV, un evento que marcó un logro nacional. En las décadas siguientes, se establecieron unidades de fertilidad en hospitales como Soroka Medical Center y Shaare-Zedek, que hoy lideran en investigación y práctica clínica. En 2014, el Ministerio de Salud reconoció la FIV como tratamiento de primera línea para mujeres mayores de 39 años, agilizando el acceso.
A pesar de los avances, el programa enfrenta desafíos. La tasa de éxito disminuyó del 18.8% en 2007 al 14.8% en 2010, según datos de Maccabi Healthcare Services, debido al aumento en la edad promedio de las pacientes, que supera los 40 años en un tercio de los casos. Los médicos señalan que las mujeres mayores requieren más ciclos, lo que eleva los costos y reduce las probabilidades de éxito. Además, el Ministerio de Salud introdujo en 2018 restricciones para mujeres mayores de 45 años, limitando el uso de óvulos propios para mitigar riesgos de salud.
La inversión en FIV representa una de las mayores partidas del presupuesto de salud pública, con un gasto anual superior a 500 millones de NIS (aproximadamente 140 millones de dólares). A pesar de ello, la política goza de amplio consenso entre políticos, líderes religiosos y la sociedad, con escaso debate público. En 2011, Mira Huebner-Harel, asesora legal del Ministerio de Salud, afirmó: “Estamos orgullosos de que una mujer que desea ser madre pueda intentarlo”. Este enfoque refleja la prioridad del gobierno de Benjamín Netanyahu en promover el crecimiento demográfico.
El sistema también ha atraído a pacientes internacionales, conocidos como “turistas de fertilidad”. En 2015, Haaretz reportó que el costo de un ciclo de FIV en Israel (entre 6,000 y 7,000 dólares en clínicas privadas) es significativamente menor que en Estados Unidos (12,000 a 30,000 dólares). Nuevos inmigrantes y ciudadanos que regresan al país pueden acceder a tratamientos gratuitos tras un período de espera de 150 días, lo que refuerza la accesibilidad.

Contexto histórico y cultural de la política de FIV
La política de FIV en Israel se enraíza en un contexto histórico y cultural único. La tradición judía, con el mandato bíblico de “fructificar y multiplicarse”, y la memoria del Holocausto han moldeado una sociedad que prioriza la reproducción. En 2015, la tasa de fertilidad promedio fue de 2.9 hijos por familia, una de las más altas entre los países desarrollados, según la Oficina Central de Estadísticas de Israel. Este entorno favorece el apoyo estatal a tecnologías reproductivas.
Desde la aprobación de la Ley de Seguro Nacional de Salud, el gobierno ha ampliado progresivamente el acceso a la FIV. En 2008, se eliminaron requisitos que obligaban a probar la infertilidad de una pareja antes de acceder a donación de esperma, facilitando el proceso para mujeres solteras y lesbianas. Asimismo, los avances en técnicas como la inyección intracitoplásmica de espermatozoides (ICSI) han resuelto muchos casos de infertilidad masculina, ampliando el alcance de los tratamientos.
El sector privado desempeña un papel clave, con hospitales como Assuta manejando 60,000 embriones congelados y realizando procedimientos complejos. Sin embargo, la dependencia de donaciones de óvulos extranjeras, debido a restricciones previas, ha generado debates éticos. En 2023, Daniella Gilboa, CEO de AIVF, destacó que el modelo israelí, que combina inteligencia artificial y financiación estatal, logra que el 95% de las pacientes concluyan su tratamiento con un hijo, ya sea por FIV, donación de óvulos o vientres subrogados.
El compromiso del gobierno con la FIV se mantuvo incluso durante la pandemia de COVID-19. En abril de 2020, el Ministerio de Salud reanudó los tratamientos para mujeres mayores de 39 años sin condiciones de riesgo, tras una suspensión temporal. Las clínicas implementaron medidas estrictas, como pruebas de coronavirus previas y distanciamiento social, para garantizar la seguridad de las pacientes.