Equipos israelíes clasifican artrosis primaria en genética, hormonodependiente y relacionada con la edad para un tratamiento más preciso.
Avances israelíes en la clasificación de la artrosis primaria
Investigadores israelíes han desarrollado una nueva clasificación etiopatogénica para la artrosis primaria, una enfermedad degenerativa que afecta a millones de personas en el mundo. La propuesta, basada en avances en biología molecular y clínica, divide la artrosis primaria en tres tipos etiológicos: tipo I (genética), tipo II (hormonodependiente) y tipo III (relacionada con la edad). Este enfoque busca mejorar el diagnóstico y personalizar los tratamientos, permitiendo un manejo más efectivo de la enfermedad. La artrosis, caracterizada por la degradación del cartílago articular y cambios en el hueso subcondral, representa una carga significativa para los sistemas de salud globales.
El tipo I se identifica como una forma hereditaria con predisposición familiar. Estudios han demostrado que la artrosis genética tiene una heredabilidad estimada de hasta el 50%, con 21 loci cromosómicos asociados al riesgo de desarrollar la enfermedad. Investigaciones recientes, incluyendo un análisis de más de 300,000 individuos en el Reino Unido, han identificado genes como GDF-5 y ALDH1A2, que influyen en el desarrollo del cartílago y el hueso. Este tipo de artrosis suele manifestarse en articulaciones específicas, como las manos, y puede aparecer en edades más tempranas en personas con condiciones genéticas como el síndrome de Ehlers-Danlos.
El tipo II, hormonodependiente, está vinculado a los niveles de estrógenos, particularmente en mujeres postmenopáusicas. La prevalencia de artrosis en mujeres aumenta significativamente después de los 50 años, con un pico relacionado con la menopausia. La disminución de estrógenos afecta la homeostasis del cartílago y acelera la pérdida de masa muscular, lo que contribuye a la progresión de la enfermedad. El polimorfismo del gen del receptor de estrógenos se ha asociado con un mayor riesgo de artrosis en varias poblaciones, especialmente en rodillas y manos.
El tipo III, relacionado con la edad, se asocia con el envejecimiento natural de los tejidos articulares. A medida que los condrocitos pierden capacidad de reparación, las articulaciones se vuelven más vulnerables. Este tipo afecta principalmente a personas mayores de 60 años y se caracteriza por una menor calidad de los proteoglicanos en el cartílago. Factores como la obesidad, que multiplica por cuatro el riesgo, y las comorbilidades como la diabetes tipo 2, agravan la progresión de esta forma de artrosis.

Datos clave sobre la artrosis primaria y su clasificación
- Prevalencia global: Afecta al 30% de los adultos mayores de 50 años.
- Heredabilidad: Hasta 50% en artrosis genética, con 21 loci identificados.
- Impacto hormonal: La menopausia incrementa el riesgo en mujeres hasta 4 veces.
- Edad: El tipo III predomina en mayores de 60 años, con un 83% de casos asintomáticos en RM.
- Obesidad: Factor modificable que eleva el riesgo de artrosis de rodilla en 400%.
Impacto de la nueva clasificación en la medicina personalizada
La clasificación propuesta por los equipos israelíes reemplaza la división tradicional de artrosis en primaria y secundaria, establecida por el Colegio Estadounidense de Reumatología (ACR) en 1983. Anteriormente, la artrosis primaria se consideraba idiopática, sin una causa clara. Sin embargo, los avances en la comprensión de la bioquímica del cartílago y el hueso subcondral han permitido identificar mecanismos específicos para cada tipo etiológico. Esta nueva perspectiva facilita un enfoque terapéutico más preciso, especialmente en el marco de la medicina personalizada.
En el caso del tipo I, los estudios genéticos, como los realizados en el estudio arcOGEN, han identificado variantes genéticas que podrían servir como marcadores para intervenciones tempranas. Por ejemplo, el gen ALDH1A2 regula la síntesis de ácido retinoico, esencial para la salud del cartílago. Los tratamientos futuros podrían incluir terapias génicas dirigidas a estas vías. Además, la detección de predisposición genética mediante pruebas de saliva está ganando relevancia en la práctica clínica.
Para el tipo II, los tratamientos hormonales y las terapias dirigidas a los receptores de estrógenos están bajo investigación. La relación entre los niveles bajos de estrógenos y los cambios radiográficos en rodillas ha sido documentada en estudios poblacionales. En Israel, los centros de investigación reumatológica están explorando el uso de moduladores selectivos de receptores de estrógenos para mitigar la progresión de la artrosis en mujeres postmenopáusicas.
El tipo III requiere un enfoque centrado en la prevención de factores de riesgo modificables. La obesidad, que afecta al 40% de los pacientes con artrosis de rodilla, es un objetivo clave. Programas de pérdida de peso y rehabilitación física han demostrado reducir la carga articular y mejorar la funcionalidad. En Israel, los sistemas de salud han implementado protocolos de manejo integral que combinan fisioterapia, educación del paciente y dispositivos de soporte.
Contexto global y aportes de Israel a la reumatología
La artrosis es la enfermedad reumática más común, con una prevalencia del 29.35% en España y hasta el 83% en estudios de resonancia magnética en pacientes asintomáticos mayores de 50 años. A nivel global, se estima que afecta a 1 de cada 7 adultos en los Estados Unidos, siendo la cuarta causa principal de discapacidad. Los costos directos e indirectos de la enfermedad representan entre el 0.5% y el 1% del PIB en varios países, según datos de estudios epidemiológicos.
Israel ha emergido como un líder en la investigación reumatológica, gracias a instituciones como el Hospital Hadassah y el Centro Médico Sheba. Estos centros han contribuido al desarrollo de tecnologías diagnósticas y terapéuticas, incluyendo pruebas genéticas y biomarcadores para la artrosis. La colaboración internacional, como el análisis de datos del biobanco del Reino Unido, ha permitido a los investigadores israelíes posicionarse a la vanguardia de la medicina personalizada.
La nueva clasificación etiopatogénica también responde a la necesidad de estandarizar los fenotipos de la artrosis en estudios genéticos. La heterogeneidad de los fenotipos ha sido un obstáculo en los estudios de asociación genómica amplia (GWAS), reduciendo el poder estadístico. Los equipos israelíes han propuesto estratificar a los pacientes por edad, sexo, índice de masa corporal y presencia de artrosis radiográfica o sintomática, mejorando la precisión de los análisis.
Otros factores de riesgo, como los traumatismos ocupacionales y las actividades laborales que implican levantar pesos o posturas repetitivas, también han sido estudiados en Israel. Un metanálisis reciente encontró que estas actividades aumentan el riesgo de artrosis de rodilla en un 60%. Estos datos subrayan la importancia de las políticas de prevención laboral, un área en la que Israel ha implementado regulaciones estrictas para proteger a los trabajadores.
Perspectivas futuras en el manejo de la artrosis
La investigación en artrosis continúa evolucionando, con un enfoque en el desarrollo de terapias dirigidas. En Israel, los ensayos clínicos están evaluando el uso de factores de crecimiento plaquetario y ácido hialurónico intraarticular para tratar la artrosis refractaria. Estos tratamientos buscan reducir la inflamación y mejorar la funcionalidad articular, especialmente en pacientes con tipo II y tipo III. La artroplastia, como las prótesis de cadera y rodilla, sigue siendo una opción en fases tardías, con un alto índice de éxito en los centros médicos israelíes.
La comunidad científica global reconoce la contribución de Israel en la redefinición de la artrosis primaria. La clasificación etiopatogénica propuesta no solo mejora el entendimiento de la enfermedad, sino que también abre la puerta a tratamientos más específicos. Los avances en genética, como el estudio de haplogrupos mitocondriales y su relación con la artrosis, están siendo explorados en colaboración con instituciones europeas y asiáticas.
La prevalencia de la artrosis seguirá aumentando debido al envejecimiento de la población y al incremento de factores de riesgo como la obesidad. En este contexto, la investigación israelí ofrece una base sólida para abordar este desafío de salud pública. La integración de datos genéticos, hormonales y relacionados con la edad en la práctica clínica representa un paso significativo hacia un manejo más efectivo de la enfermedad.
Los esfuerzos de Israel en la reumatología también incluyen la educación de los pacientes y la promoción de estilos de vida saludables. Campañas nacionales han resaltado la importancia de mantener un peso adecuado y realizar ejercicio físico para reducir el riesgo de artrosis. Estas iniciativas, combinadas con los avances científicos, posicionan al país como un referente en la lucha contra las enfermedades articulares degenerativas.