Israel se prepara para el retorno de rehenes israelíes embarazadas tras ser agredidas sexualmente por terroristas de Hamás.
La comunidad médica israelí se encuentra en una situación sin precedentes, preparándose para el retorno de mujeres rehenes israelíes que han sido agredidas sexualmente por terroristas de Hamás. Fuentes cercanas a hospitales israelíes han revelado intensas discusiones sobre cómo manejar posibles embarazos resultantes de estas agresiones. La ley israelí, que permite el aborto, enfrenta un desafío significativo al abordar el trauma que estas mujeres y sus familias experimentarán de manera permanente.
Recientemente, se cumplió el centésimo día desde la masacre de Hamás, y 136 rehenes, incluidas mujeres, siguen en cautiverio. Los reportes del 7 de octubre detallan actos de violación cometidos por los terroristas, y algunos testimonios de rehenes liberados indican acoso sexual, incluyendo posibles violaciones. Esta situación alarmante ha provocado debates entre ginecólogos sobre la posibilidad de embarazos resultantes de estas violaciones.
Además de los desafíos físicos y emocionales inherentes a un embarazo bajo estas circunstancias, las mujeres enfrentan un riesgo elevado debido a la inmunosupresión natural durante el embarazo y las precarias condiciones higiénicas en la Franja de Gaza. Esto incrementa el peligro de infecciones graves, complicaciones del embarazo y un trauma psicológico profundo, exacerbado por el hecho de llevar un feto concebido en circunstancias tan horrendas. Este escenario plantea un desafío sin precedentes para la comunidad médica y la sociedad israelí en su conjunto.
Israel se distingue de muchos países en su manejo del aborto, permitiéndolo hasta el momento del nacimiento. Los comités regulares e interrupciones tardías están autorizados a aprobar abortos en casos de violación. Las primeras etapas del aborto se manejan con medicamentos como Cytotec y Mifepristona, pero hay una creciente preocupación por las cautivas que podrían necesitar una interrupción tardía del embarazo. Este procedimiento implica riesgos médicos elevados y puede afectar las futuras posibilidades de embarazo de la mujer.
Equipos de ginecólogos en Israel han sido asignados para prepararse para estos posibles escenarios, siguiendo protocolos establecidos para la interrupción del embarazo. Más allá del aspecto médico, el reto más significativo para Israel es el impacto psicológico en las mujeres rehenes que han concebido a través de la violencia. Este aspecto emocional plantea un desafío sin precedentes, no solo para la práctica médica, sino también para el bienestar a largo plazo de estas mujeres y sus familias.
El Dr. Tal Biron-Shental, reconocido experto y director de la división de Obstetricia y Ginecología del Centro Médico Meir en Kfar Saba, ha expresado su preocupación sobre la complejidad del trauma psicológico que enfrentan las mujeres cautivas embarazadas como resultado de violaciones por parte de terroristas. “El cerebro humano tiene dificultades para comprender la situación de una mujer cautiva que debe afrontar no solo el embarazo, sino también el hecho de que ha sido concebido mediante la brutal violación de un terrorista asesino”, señaló Biron-Shental.
El doctor destacó que aunque los procedimientos médicos para practicar abortos son conocidos y manejables, el desafío más grande recae en el impacto psicológico devastador. Explicó que el embarazo, especialmente cuando es visible y perceptible, genera una conexión natural entre la madre y el feto. Sin embargo, cuando este embarazo es resultado de una violación brutal, especialmente en el contexto de actos terroristas, las consecuencias emocionales son inmensas y difíciles de imaginar. Estas circunstancias dejan huellas psicológicas profundas y duraderas tanto en la mujer afectada como en su familia.
Biron-Shental también señaló las deficiencias en el sistema de salud mental israelí, incluyendo la falta de recursos, largos tiempos de espera y servicios insuficientes para atender a todos los necesitados. Esta situación agrava aún más el desafío de brindar el apoyo adecuado a estas mujeres y sus familias. El especialista hizo un llamado a la acción, enfatizando la necesidad de detener estas atrocidades, rescatar a los cautivos y proporcionarles el cuidado necesario.
“No sé cómo se las arreglarán, pero debemos prepararnos ahora para esta terrible posibilidad teórica de que una mujer conciba o críe a un niño así. Así pues, debemos detener esta atrocidad, no permitir que los cautivos perezcan allí, traerlos de vuelta y proporcionarles cuidados. Este compromiso es la obligación del mundo que permanece en silencio”, concluyó Biron-Shental, destacando la responsabilidad global en esta crítica situación humanitaria.
El Profesor Hagai Levine, presidente de la Asociación de Médicos de Salud Pública de Israel y jefe del departamento médico de la Jefatura de Familias Cautivas, ha abordado la complejidad creciente de interrumpir embarazos avanzados bajo condiciones de cautiverio. Explicó que a medida que aumentan los días de cautiverio, los procedimientos para interrumpir un embarazo se vuelven más complicados y arriesgados. Factores como el estrés, la exposición a ambientes contaminados y la falta de atención médica adecuada elevan significativamente los riesgos y complicaciones para la salud de la madre, incluso antes de considerar el grave impacto psicológico.
Levine subrayó la importancia de actuar de manera urgente en estos casos. “Llevamos mucho tiempo presionando con peticiones para que se permitan los reconocimientos médicos y la transferencia de medicamentos. Si hay una mujer cautiva que, Dios no lo quiera, ha concebido por violación, es imperativo traerla a casa urgentemente”, afirmó.