Arieh Warshel desarrolló programas que predicen procesos químicos complejos, premiados con el Nobel de Química 2013, con aplicaciones en farmacología.
Contribuciones de Warshel al Nobel de Química 2013
El químico israelí Arieh Warshel, junto a Martin Karplus y Michael Levitt, recibió el Premio Nobel de Química 2013 por desarrollar modelos multiescala que simulan reacciones químicas complejas. Estos modelos combinan mecánica cuántica y molecular para predecir con precisión procesos en sistemas biológicos. Warshel, nacido en 1940 en el kibutz Sde Nahum, Israel, destacó por crear la primera simulación dinámica molecular de un proceso biológico. Su trabajo permitió estudiar enzimas y reacciones catalíticas, fundamentales en farmacología y diseño de materiales.
En la década de 1970, Warshel colaboró con Karplus en Harvard para desarrollar programas que integraban física clásica y cuántica. Publicaron resultados en 1972, modelando moléculas planas con cálculos cuánticos para electrones y clásicos para núcleos atómicos. Este enfoque resolvió limitaciones previas, donde la física cuántica requería alta potencia computacional y solo modelaba moléculas pequeñas, mientras la física clásica no simulaba reacciones químicas. En 1976, Warshel y Levitt publicaron el primer modelo computacional de una reacción enzimática, un hito en bioquímica computacional.
Los modelos de Warshel han transformado la química moderna. Antes, los científicos usaban bolas y palos de plástico para modelar moléculas. Hoy, los programas basados en su trabajo simulan procesos como la fotosíntesis o la purificación catalítica de gases. En farmacología, permiten analizar cómo un fármaco interactúa con proteínas, optimizando el diseño de medicamentos. Warshel expresó en 2013 que su sueño es modelar una célula completa, lo que podría reducir significativamente los tiempos de desarrollo de fármacos, de 10 años a tres.
La Real Academia Sueca de Ciencias destacó que las simulaciones de Warshel, Karplus y Levitt son tan realistas que predicen resultados de experimentos tradicionales. Estas herramientas se usan en laboratorios globales para estudiar enzimas como la nitrogenasa, que fija nitrógeno atmosférico, esencial para la vida. Los modelos también apoyan el diseño de materiales con propiedades específicas, como conductividad o resistencia mecánica, aplicables en energía solar y nanotecnología.
Datos clave sobre simulaciones químicas de Warshel
- Primera simulación: Warshel realizó en 1976 la primera simulación dinámica molecular de un proceso biológico, enfocada en reacciones enzimáticas.
- Aplicaciones: Sus modelos se usan en farmacología para diseñar fármacos y en energía para optimizar paneles solares.
- Impacto: Redujo tiempos de investigación de fármacos de 10 a 3 años, según Warshel en 2013.
- Instituciones: Trabajó en el Technion, Instituto Weizmann, Harvard y la Universidad del Sur de California.
- Reconocimientos: Además del Nobel, recibió la medalla Tolman (2003) y premios de la Sociedad Internacional de Biología Cuántica.
Desarrollo técnico de los modelos multiescala
El trabajo de Warshel se centró en combinar mecánica cuántica, que describe el comportamiento de electrones, con mecánica molecular, que modela átomos como partículas clásicas. En 1972, con Karplus, desarrolló un programa que simulaba vibraciones moleculares, tratando algunos enlaces químicamente y otros clásicamente. Este método permitió modelar sistemas biológicos complejos, como proteínas con miles de átomos, que eran inviables con enfoques puramente cuánticos debido a su alta demanda computacional.
En 1976, Warshel y Levitt avanzaron al describir la frontera entre regiones cuánticas y clásicas en proteínas. Introdujeron modelos de grano grueso, agrupando átomos en unidades rígidas para simular procesos largos, como el plegamiento de proteínas. Estos modelos electrostáticos microscópicos, desarrollados por Warshel, calcularon con precisión la energía en macromoléculas, crucial para entender su función biológica. Sus programas se convirtieron en estándares para simulaciones bioquímicas.
La metodología multiescala de Warshel resolvió un problema clave: simular reacciones químicas en sistemas grandes sin sacrificar precisión. Por ejemplo, en farmacología, los cálculos cuánticos se aplican a los átomos que interactúan con un fármaco, mientras el resto de la proteína se modela clásicamente. Esto permite predecir interacciones moleculares con alta exactitud, ahorrando tiempo y recursos en experimentos de laboratorio.
El impacto de estos modelos trasciende la química. En biología, han aclarado cómo enzimas catalizan reacciones en organismos vivos. En materiales, han facilitado el diseño de compuestos con propiedades magnéticas o catalíticas. Warshel, profesor en la Universidad del Sur de California, ha seguido refinando estas herramientas, integrando avances en supercomputación para modelar sistemas aún más complejos.

Contexto y trayectoria de Arieh Warshel
Arieh Warshel se formó en el Technion, donde obtuvo su licenciatura en química en 1966, y en el Instituto Weizmann, donde completó su doctorado en fisicoquímica en 1969 bajo la dirección de Shneior Lifson. Realizó estudios postdoctorales en Harvard y regresó al Weizmann antes de unirse a la Universidad del Sur de California en 1976. Su experiencia en el ejército israelí, donde alcanzó el grado de capitán, fortaleció su disciplina y enfoque técnico.
Además del Nobel, Warshel recibió el premio de la Sociedad Internacional de Biología Cuántica y Farmacología en 1993 y la medalla Tolman en 2003. Sus simulaciones han sido fundamentales en proyectos como la Iniciativa del Genoma de los Materiales en Estados Unidos, que busca diseñar materiales avanzados, y Folding at Home, enfocado en el plegamiento de proteínas. Estas iniciativas muestran la relevancia de su trabajo en la ciencia contemporánea.
El enfoque de Warshel integró conceptos de química teórica, bioinformática y física. Sus modelos electrostáticos microscópicos para proteínas permitieron estudiar cómo las enzimas aceleran reacciones químicas, un proceso clave en el metabolismo celular. En 2013, la Fundación Nobel reconoció que su trabajo “llevó los experimentos químicos al ciberespacio”, transformando la forma en que se investiga la química.
La contribución de Warshel no solo benefició a la ciencia básica, sino también a industrias prácticas. En farmacología, sus simulaciones han identificado mutaciones enzimáticas que causan enfermedades, permitiendo desarrollar terapias dirigidas. En energía, sus modelos han optimizado la eficiencia de células solares, reduciendo el impacto ambiental. Su legado continúa impulsando avances en química computacional y sus aplicaciones globales.