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Portada » Ciencia y Tecnología » La solarización israelí desinfecta suelos agrícolas sin químicos

La solarización israelí desinfecta suelos agrícolas sin químicos

por Hadar Malka
10 de mayo de 2025
en Ciencia y Tecnología

Israel usa cubiertas plásticas para calentar suelos, elimina patógenos y reduce impacto ambiental en cultivos hortícolas.

Solarización israelí revoluciona la desinfección de suelos

Israel lidera la implementación de la solarización del suelo, una técnica que utiliza cubiertas plásticas transparentes para desinfectar suelos agrícolas sin químicos. Desarrollada en 1976 por investigadores israelíes liderados por Jaacov Katan, esta práctica aprovecha la radiación solar para elevar la temperatura del suelo, eliminando hongos, bacterias, nematodos y malezas. En invernaderos hortícolas, la solarización alcanza temperaturas de 45-55 °C en capas superficiales y 40-45 °C a 25 cm de profundidad, destruyendo patógenos como Fusarium, Pythium y Rhizoctonia. Este método reduce la dependencia de fumigantes tradicionales, como el bromuro de metilo, prohibido por su impacto en la capa de ozono.

La técnica consiste en humedecer el suelo, cubrirlo con polietileno transparente de 25-50 micras y sellar los bordes durante 4-6 semanas en los meses más cálidos, generalmente julio y agosto. La humedad aumenta la conductividad térmica, potenciando el calentamiento. En Israel, la solarización se aplica en regiones como el Valle de Arava y el Néguev, donde la intensa radiación solar maximiza su eficacia. Los cultivos de tomates, pimientos y berenjenas muestran mayor vigor y resistencia a enfermedades tras este tratamiento.

En comparación con los fumigantes químicos, la solarización ofrece beneficios ambientales significativos. Evita emisiones de gases tóxicos, preserva la microbiota benéfica del suelo y mejora la fertilidad al liberar nutrientes. Además, es económicamente viable, con costos limitados al plástico y la mano de obra. En Israel, el uso de plásticos reciclables y técnicas de biofumigación combinadas, como la incorporación de estiércol, incrementa la eficacia contra patógenos más resistentes.

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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoce la solarización como una alternativa sostenible al bromuro de metilo. En Jordania, inspirada por los avances israelíes, el 40% de las áreas cultivadas en el Valle del Jordán adoptaron esta técnica para cultivos bajo riego por goteo. La Unión Europea, con su meta de reducir los pesticidas químicos en un 50% para 2030, también promueve la solarización como parte de la agricultura ecológica.

Datos clave sobre la solarización del suelo en Israel

  • Origen: Desarrollada en 1976 por Jaacov Katan en Israel.
  • Temperaturas: Alcanza 45-55 °C en superficie y 40-45 °C a 25 cm.
  • Patógenos controlados: Fusarium, Pythium, Rhizoctonia, nematodos y malezas.
  • Duración: 4-6 semanas, óptima en julio y agosto.
  • Material: Polietileno transparente de 25-50 micras.
  • Impacto ambiental: Reduce uso de fumigantes y emisiones tóxicas.
  • Cultivos beneficiados: Tomates, pimientos, berenjenas y calabazas.

Avances tecnológicos en la solarización israelí

La industria agrícola israelí ha perfeccionado la solarización con innovaciones tecnológicas. Empresas como Politiv Europa producen plásticos térmicos con aditivos que retienen mejor el calor y resisten la degradación por radiación ultravioleta. Estos plásticos, como el ECOPlus de Sotrafa, minimizan las pérdidas de calor nocturnas, reduciendo el tiempo necesario para la desinfección. En invernaderos almerienses, inspirados por técnicas israelíes, la solarización combinada con biofumigación logra temperaturas superiores a las de la solarización tradicional.

La biosolarización, que combina solarización con la incorporación de materia orgánica, como restos de cultivos o estiércol, genera gases que potencian la eliminación de patógenos. En experimentos realizados en el Centro Ifapa La Mojonera, la biosolarización eliminó Fusarium oxysporum y Pythium aphanidermatum a profundidades de 10-35 cm. En Israel, esta técnica se aplica en suelos arenosos, donde la retención de humedad es menor, mejorando los resultados con riego por goteo.

El monitoreo satelital, implementado por empresas como EOSDA Crop Monitoring, permite a los agricultores israelíes evaluar la humedad del suelo antes de la solarización. Sensores de humedad aseguran niveles óptimos, entre el 60-80% de la capacidad de campo, para maximizar la conductividad térmica. Esta tecnología, combinada con drones agrícolas, optimiza la preparación del terreno y reduce costos operativos.

La adopción de la solarización en Israel responde a la necesidad de mantener la productividad en suelos intensivamente cultivados. La agricultura intensiva en regiones áridas exige métodos sostenibles para evitar la acumulación de patógenos. La solarización, al no dejar residuos tóxicos, se alinea con las regulaciones internacionales y las demandas de los mercados europeos por productos ecológicos.

Contexto global y adopción de la solarización

La solarización, originada en Israel, se ha expandido a países con climas cálidos, como España, Italia, Australia y Estados Unidos. En California, los productores de fresas utilizan la solarización para controlar Verticillium dahliae, un hongo resistente a fumigantes. En España, el sistema enarenado almeriense combina solarización con capas de arena para mejorar la retención de calor. La técnica también se adapta a pequeños huertos, donde los agricultores cubren parcelas con plásticos económicos.

La FAO documenta que la solarización mejora la estructura del suelo, aumenta la disponibilidad de nitrógeno y potasio, y reduce la erosión. Sin embargo, su eficacia depende de factores como el tipo de suelo, la intensidad solar y la duración del tratamiento. Los suelos arcillosos retienen mejor la humedad, mientras que los arenosos requieren riego adicional. En Israel, la combinación de riego por goteo y plásticos especializados compensa estas limitaciones.

A pesar de su eficacia, la solarización no elimina todos los patógenos. Los nematodos móviles pueden migrar a capas más profundas, requiriendo tratamientos complementarios. En estos casos, Israel integra la solarización con control biológico, utilizando hongos como Trichoderma harzianum para atacar patógenos resistentes. Esta estrategia forma parte del Manejo Integrado de Plagas (MIP), promovido por el Ministerio de Agricultura israelí.

La agricultura israelí, con solo el 2% de la fuerza laboral, produce el 95% de los alimentos consumidos localmente. La solarización ha sido clave para mantener esta autosuficiencia, especialmente en regiones con recursos hídricos limitados. La técnica, combinada con otras innovaciones como el riego por goteo y la agricultura de precisión, posiciona a Israel como líder mundial en tecnología agrícola sostenible.

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