Se sabe que muchos aditivos para plásticos – sustancias químicas que se mezclan con los productos de plástico durante su fabricación – son compuestos que alteran el sistema endocrino (hormonal) del cuerpo humano y dañan los corales y otras criaturas marinas.
Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Tel Aviv (TAU) y el Instituto Interuniversitario de Ciencias Marinas de Eilat examinó el efecto de los aditivos plásticos en el proceso reproductivo y el desarrollo de las larvas de los corales y otros organismos que suelen encontrarse en el arrecife de Eilat. El nuevo estudio, publicado en la prestigiosa revista Environmental Pollution, muestra que estas sustancias químicas pueden tener efectos específicos para cada especie que pueden dañar la estructura de la población y la biodiversidad de los arrecifes de coral.
El estudio, titulado “Efectos limitados de concentraciones ambientalmente relevantes en el agua de mar de ftalato de dibutilo, ftalato de dimetilo, bisfenol A y 4-nonilfenol en los productos reproductivos de los organismos de los arrecifes de coral”, fue dirigido por la estudiante de doctorado Gal Vered, del Instituto Interuniversitario de Ciencias Marinas de Eilat y de la TAU, y por la profesora Noa Shenkar, de la Escuela de Zoología de la Facultad de Ciencias de la Vida de la TAU y del Museo Steinhardt de Historia Natural.
¿Cómo llevaron a cabo los investigadores su estudio?
Los investigadores se centraron en cuatro organismos: un coral pétreo, un coral blando, un coral de fuego y una ascidia solitaria. Estos organismos desempeñan un papel importante en la ecología de los arrecifes de coral tropicales, y los daños a su reproducción y desarrollo pueden afectar a la estructura de la comunidad del arrecife.
También examinaron cuatro aditivos químicos que se utilizan ampliamente en los productos de plástico y que se han encontrado en el agua de mar de zonas tropicales habitadas por arrecifes de coral. Dos de ellos eran ftalatos, que se utilizan para ablandar y aumentar la flexibilidad de distintos tipos de plástico y pueden encontrarse en una gran variedad de productos de consumo, como envases de alimentos, juguetes, dispositivos médicos y adhesivos. Los otros eran el 4-nonilfenol, un estabilizador utilizado en los envases de plástico y como aditivo en los productos de limpieza, y el bisfenol A, que se encuentra en el plástico de policarbonato que se utiliza para envasar alimentos y bebidas, biberones y cajas, entre otros.
La Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos ha clasificado el bisfenol A como una sustancia que puede causar daños a la fertilidad humana, basándose en pruebas encontradas en animales de laboratorio.
“Los aditivos plásticos son aditivos químicos que se incorporan a los productos de plástico durante el proceso de fabricación”, dijo Vered. “Estas sustancias llegan al medio marino a través de los residuos de plástico y las aguas residuales. Se sabe que algunas de ellas activan o suprimen los procesos hormonales y, por tanto, pueden alterar los sistemas biológicos, pero apenas se han estudiado sus efectos en los organismos de los arrecifes de coral. La estructura de la población de los arrecifes de coral depende del éxito de la reproducción, el desarrollo y el asentamiento de los corales y otros organismos del arrecife. La interferencia con sus sistemas hormonales puede afectar a las posibilidades de éxito de estos procesos, y un efecto desigual sobre las distintas especies puede provocar un cambio en la estructura de la comunidad y dañar todo el sistema”.
“El cambio climático, la acidificación de los océanos y los continuos factores de estrés antropogénicos ponen a los arrecifes de coral en riesgo existencial. La mayoría de los arrecifes de coral del mundo se encuentran en países en vías de desarrollo, donde la población humana se expande rápidamente y la gestión de residuos es deficiente”, continuó Vered. “Las medidas para evitar que los residuos de plástico lleguen al medio ambiente incluyen una gestión local adecuada de los residuos que reduzca su transporte, y el consumo sostenible de productos regulados en cuanto a aditivos”.
Los investigadores realizaron una serie de experimentos de exposición en los que se probaron los efectos de los aditivos plásticos en concentraciones relevantes para el medio ambiente en el agua de mar y en concentraciones más altas en el laboratorio. Los parámetros medidos fueron la fecundación, el desarrollo de las larvas, la supervivencia de las larvas y su asentamiento y metamorfosis.
Se comprobó que la concentración ambientalmente relevante de 4-nonilfenol inhibía el asentamiento de las larvas en el coral blando, mientras que una concentración elevada del mismo compuesto perjudicaba la fecundación, el desarrollo y el asentamiento de todos los organismos estudiados. La mayor concentración en laboratorio de uno de los ftalatos químicos estudiados sólo dañó el asentamiento de las larvas del coral pétreo, y no de los productos reproductivos de los demás organismos. Estos hallazgos se suman a la acumulación de pruebas de que la contaminación por plásticos tiene un efecto selectivo en las distintas especies.
“Nuestros hallazgos demuestran los efectos negativos y selectivos de los aditivos plásticos sobre el desarrollo y la reproducción de los organismos de los arrecifes de coral. Las concentraciones relevantes para el medio ambiente utilizadas en nuestros experimentos eran concentraciones encontradas en el agua de mar; alarmantemente, algunas tenían efectos nocivos en la reproducción de los organismos”, añadió Shenkar. “No obstante, la concentración en los tejidos de los organismos puede alcanzar niveles más altos, ya que estos compuestos pueden bioacumularse. Para comprender mejor el impacto de los aditivos plásticos en este ecosistema en peligro de extinción, sugerimos desarrollar mejores métodos para medir las concentraciones reales en los tejidos de los organismos, con el fin de realizar evaluaciones de riesgo pertinentes”.
Los investigadores concluyen: “Insistimos en la importancia de una gestión adecuada de los residuos que reduzca la presencia de residuos plásticos que llegan al medio marino, así como en la necesidad de disponer de métodos para medir la concentración de sustancias químicas en el interior de los cuerpos de los organismos con el fin de evaluar el posible riesgo para sus procesos reproductivos y de desarrollo”.