Una tablilla de arcilla babilónica inscrita que data de hace unos 3.700 años ofrece pruebas de que más de 1.000 años antes del nacimiento del famoso filósofo y matemático griego Pitágoras ya se conocía la geometría aplicada en Oriente Medio, según ha demostrado un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) en Australia.
El artefacto -conocido como Si.427- se fabricó en lo que se conoce como el periodo de la Antigua Babilonia (OB), que abarca entre 1900 y 1600 AEC., más de un milenio antes de que el rey Nabucodonosor conquistara Jerusalén y destruyera el primer templo en 586 a.C., tal como se describe en la Biblia. Fue desenterrado en la parte central del actual Irak en el siglo XIX, y ha estado expuesto en un museo de Estambul durante unos 100 años, pero nunca se había estudiado en detalle.
“Es el único ejemplo conocido de un documento catastral del periodo OB, que es un plano utilizado por los topógrafos para definir los límites de la tierra”, explica el Dr. Daniel Mansfield, del departamento de Matemáticas y Estadística de la Facultad de Ciencias de la UNSW, autor principal del trabajo que se publicó la semana pasada en la revista Foundations of Science.
“En este caso, nos dice detalles legales y geométricos”.
Parte de la importancia del objeto es que quien lo inscribió para medir las parcelas, empleó lo que más tarde se conoció como “triples pitagóricos”, es decir, tres enteros positivos cualesquiera que satisfacen la fórmula de a2 + b2 = c2, y ayudan a formar ángulos rectos precisos.
“El descubrimiento y el análisis de la tablilla tienen importantes implicaciones para la historia de las matemáticas”, señaló Mansfield, indicando que estas nociones se conocían mucho antes de lo que se pensaba.
“Generalmente se acepta que la trigonometría -la rama de las matemáticas que se ocupa del estudio de los triángulos- fue desarrollada por los antiguos griegos que estudiaban el cielo nocturno en el siglo II antes de Cristo”, dijo. “Pero los babilonios desarrollaron su propia ‘proto-trigonometría’ para resolver problemas de medición del suelo, no del cielo”.
En el pasado, el investigador ya había trabajado en otro artefacto, conocido como Plimpton 322, con otro tipo de tabla trigonométrica única.
Sin embargo, la Si.427 es aún más antigua que la Plimpton 322.
Además, el análisis de Si.427 arroja luz sobre lo que motivaba a los babilonios en su interés por la geometría.
“Con esta nueva tablilla, podemos ver por primera vez por qué se interesaban por la geometría: para establecer límites precisos de la tierra”, dijo Mansfield.
“Esto es de un período en el que la tierra empieza a ser privada: la gente empezó a pensar en la tierra en términos de ‘mi tierra y tu tierra’, queriendo establecer un límite adecuado para tener relaciones de vecindad positivas”, remarcó. “Y esto es lo que dice inmediatamente esta lápida. Es un campo que se divide, y se hacen nuevos límites”.
Para el futuro, la investigación espera averiguar más sobre las aplicaciones prácticas de la geometría en la antigua Babilonia, mientras que al mismo tiempo permanece un misterio relacionado con Si.427: dos números 25 y 29, picados en el reverso de la tablilla.
“No puedo averiguar qué significan estos números, es un absoluto enigma”, concluyó Mansfield. “Estoy deseando discutir cualquier pista con historiadores o matemáticos que puedan tener una corazonada sobre lo que estos números tratan de decirnos”.