Debido a problemas en la cápsula de Boeing, la NASA aplazó el retorno de dos astronautas, que regresarán con SpaceX el próximo año.
Astronautas varados en la Estación Espacial por fallos en Starliner
La NASA decidió el sábado que traer de vuelta a dos astronautas en la nueva cápsula de Boeing, tras experimentar diversos problemas, es demasiado arriesgado. Los tripulantes deberán esperar hasta el próximo año para regresar a la Tierra en una nave de SpaceX. Lo que estaba planeado como una misión de prueba de una semana, se ha convertido en una estancia de más de ocho meses en el espacio para los astronautas.
Desde principios de junio, los pilotos han permanecido en la Estación Espacial Internacional. El viaje inicial hacia la estación se complicó debido a varios fallos en los propulsores y fugas de helio en la cápsula Starliner, lo que derivó en un periodo de espera mientras los ingenieros evaluaban la situación y buscaban una solución para el regreso de los astronautas.
Finalmente, tras casi tres meses de incertidumbre, la NASA tomó una decisión. Butch Wilmore y Suni Williams regresarán a la Tierra en una cápsula de SpaceX en febrero. Antes de eso, la cápsula Starliner vacía se desacoplará de la estación espacial y retornará en modo piloto automático en las próximas semanas.
Boeing enfrenta otro revés: problemas de seguridad en la cápsula Starliner
La pareja de astronautas Wilmore y Williams, quienes actuaban como pilotos de prueba de la cápsula Starliner, originalmente debían supervisar la fase crítica final del viaje, incluyendo el aterrizaje en el desierto de Estados Unidos. Esta decisión supone un golpe significativo para Boeing, que ya enfrenta críticas en su división de aviación comercial por cuestiones de seguridad.
Boeing confiaba en que este primer vuelo tripulado de Starliner marcaría un punto de inflexión para el programa, que ha estado plagado de retrasos y costos elevados. A pesar de los recientes ensayos exitosos de los propulsores tanto en el espacio como en tierra, la compañía no logró disipar las preocupaciones sobre la seguridad de la cápsula.
Los astronautas, ambos retirados de la Marina y con una vasta experiencia en misiones espaciales, anticipaban desafíos al probar una nueva nave espacial. Sin embargo, la extensión de estos problemas ha superado sus expectativas iniciales.
Familiares de los astronautas aceptan retraso en misión de la NASA con paciencia
Antes del lanzamiento del 5 de junio desde Cabo Cañaveral, Florida, Wilmore y Williams comentaron que sus familias ya estaban acostumbradas a la incertidumbre y tensión que acompaña a sus carreras espaciales. Durante una conferencia de prensa desde la órbita el mes pasado, expresaron su confianza en las pruebas de los propulsores que se realizaban en ese momento. Ambos manifestaron estar contentos de colaborar con las labores de la estación espacial.
La esposa de Wilmore, Deanna, se mostró serena durante una entrevista a principios de agosto con el canal WVLT-TV de Knoxville, Tennessee. Ella ya había asumido la posibilidad de que la misión se prolongara hasta febrero del próximo año. “Simplemente hay que aceptarlo”, comentó.
Las opciones eran limitadas. La cápsula de SpaceX, actualmente acoplada a la estación, está asignada para los cuatro tripulantes que llevan en órbita desde marzo, quienes regresarán a finales de septiembre. La NASA explicó que no era seguro añadir a dos personas más en la cápsula, salvo en una emergencia. Por otro lado, la cápsula rusa Soyuz tiene una capacidad aún más limitada, ya que solo puede albergar a tres personas, de las cuales dos son cosmonautas rusos con una misión de un año.
SpaceX se prepara para próximo vuelo con menos tripulantes en la cápsula
Wilmore y Williams esperarán hasta el próximo vuelo de SpaceX, programado para finales de septiembre. Esta misión, a diferencia de lo habitual, llevará solo a dos astronautas en lugar de cuatro, permitiendo espacio para Wilmore y Williams en su viaje de regreso en febrero. Esta adaptación responde a las circunstancias especiales originadas por los problemas de Starliner.
La NASA descartó la posibilidad de solicitar un rescate rápido a SpaceX. A modo de referencia, el año pasado, la Agencia Espacial Rusa envió una cápsula Soyuz de reemplazo después de que una nave fuera dañada por escombros espaciales, prolongando la misión de tres tripulantes más de un año, batiendo un récord de permanencia en el espacio.
Los inconvenientes de Starliner no son recientes. En 2019, un error de software arruinó el primer vuelo de prueba sin tripulación, lo que obligó a repetir la misión en 2022. Posteriormente, surgieron más complicaciones, incluyendo problemas con los paracaídas y fugas de helio en el sistema de propulsión, que impidieron un lanzamiento previsto en mayo. A pesar de estos problemas, la fuga fue considerada menor y no se consideró una amenaza grave. Sin embargo, nuevas fallas se presentaron tras el despegue, con cinco propulsores fallando.
La NASA mantiene confianza en Boeing a pesar de los constantes problemas
Aunque la mayoría de los propulsores afectados volvieron a funcionar durante el vuelo, los ingenieros continúan investigando la causa del fallo. Existen indicios de que algunos sellos en los propulsores se hinchan y obstruyen las líneas de combustible, antes de volver a su tamaño normal, una situación que sigue sin explicación clara.
Estos 28 propulsores juegan un papel crucial no solo en el encuentro con la estación espacial, sino también en mantener la orientación de la cápsula al final del vuelo, mientras los motores principales la desorbiten. Un fallo en estos sistemas podría tener consecuencias catastróficas, como ocurrió con el desastre del transbordador Columbia en 2003.
La tragedia del Columbia, que se desintegró al reingresar a la atmósfera terrestre, matando a los siete tripulantes, sigue presente en la memoria de muchos en la NASA. Desde entonces, la agencia espacial ha adoptado un enfoque de debate abierto sobre la seguridad de las misiones, evitando silenciar opiniones contrarias, como sucedió con los vuelos del Columbia y el Challenger en 1986.
La NASA espera que Starliner supere pruebas para futuro vuelo tripulado
A pesar del revés con el programa Starliner, la NASA no ha perdido la fe en Boeing. Hace una década, la NASA lanzó su programa de tripulación comercial con el objetivo de que dos compañías estadounidenses proporcionaran transporte de astronautas tras la retirada de los transbordadores espaciales. Boeing se adjudicó el contrato más grande, con más de 4.000 millones de dólares, en comparación con los 2.600 millones otorgados a SpaceX.
SpaceX completó con éxito su primer vuelo tripulado en 2020, mientras que Boeing ha enfrentado repetidos desafíos y retrasos. Estos contratiempos han supuesto un costo adicional de más de mil millones de dólares para Boeing. No obstante, la NASA sigue optimista y confía en que los problemas del Starliner puedan resolverse a tiempo para un nuevo vuelo tripulado en aproximadamente un año.