Mientras los países occidentales intentan reconstruir un informe que acusa al personal del laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan (WIV) de filtrar el COVID-19, China ha abordado y aclarado los rumores.
El director del laboratorio e investigador del WIV, Yuan Zhiming, explicó el motivo del cierre de una página web pública que mostraba la base de datos de virus del laboratorio en una reciente conferencia de prensa sobre el rastreo de los orígenes del COVID-19.
Dijo a un reportero de Reuters que la base de datos se retiró debido a “un gran número de ataques maliciosos contra el sitio web del instituto”.
Yuan añadió que los ataques también se dirigieron a las direcciones de correo electrónico personales y del trabajo de muchos empleados del WIV, lo que provocó el cierre del acceso público a la base de datos. La base de datos de virus ahora solo está abierta a los empleados del WIV.
En la rueda de prensa no se mencionó al culpable de los ciberataques y el WIV no reveló una fecha concreta para volver a poner la base de datos a disposición del público.
“La práctica habitual es que los datos originales de la investigación científica se publiquen en forma de artículos después de ser analizados y cotejados, y la base de datos se abrirá entonces al público”, dijo Yuan, indicando que los datos se pondrán a disposición junto con los artículos de investigación del WIV.
Además de la explicación, Yuan también destacó la política interna del VIM de compartir oportunamente la información de la investigación. Enumeró ejemplos como la secuenciación del nuevo coronavirus y el envío de la información a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la publicación por parte del investigador Shi Zhengli de un artículo en Nature a principios de febrero en el que afirmaba que el COVID-19 procedía de la naturaleza, y la participación del WIV en “conferencias académicas internacionales de vídeo y audio” organizadas por personas de la OMS, Estados Unidos, Francia y Rusia.
“Mientras tanto, hemos invitado a nuestros laboratorios a expertos en bioseguridad de Francia, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Canadá”, dijo Yuan. “Y nos proporcionaron orientación in situ e intercambiaron experiencias con nosotros, para promover conjuntamente el funcionamiento seguro y estable de los laboratorios de alta contención en todo el mundo”.