Berta Sivan aplica técnicas de Israel para criar carpas en Uganda, combatiendo la malnutrición infantil con proteína accesible.
Técnicas israelíes de piscicultura sostenible en Uganda
La profesora israelí Berta Sivan, de la Universidad Hebrea, ha implementado técnicas de piscicultura sostenible para criar carpas en Uganda, asegurando una fuente constante de proteína en comunidades vulnerables. En 2023, su proyecto estableció cuatro granjas piscícolas cerca del Lago Victoria, donde capacita a agricultores locales, incluyendo mujeres, para producir carpas africanas. Este esfuerzo combate la malnutrición infantil, ya que los niños de la región enfrentan deficiencias proteicas debido a la disminución de peces en el lago. Las carpas, ricas en aminoácidos esenciales, aportan 19 gramos de proteína por cada 100 gramos, según datos nutricionales globales.
El proyecto comenzó en 2009, cuando Sivan, experta en reproducción de carpas, respondió a una solicitud de ayuda tras una conferencia en Israel. La introducción del perca del Nilo en el Lago Victoria hace 50 años extinguió tres especies de carpas locales, dejando a las comunidades sin su principal fuente de proteína. Sivan adaptó técnicas desarrolladas para las carpas israelíes, como la inducción del desove y el manejo de alevines, al contexto africano. En 2010, agricultores ugandeses viajaron a Israel para aprender estos métodos, incluyendo alimentación de larvas y cierre del ciclo reproductivo en cautiverio. Las granjas producen alevines que se distribuyen a 14 aldeas alrededor del lago.
Las granjas evitan reintroducir las carpas al Lago Victoria, donde serían devoradas por la perca del Nilo. En cambio, las aldeas excavan estanques comunales que alojan entre 200 y 300 alevines por aldea, suficientes para alimentar a 10 a 15 familias. Cada estanque, de unos 100 metros cuadrados, permite cosechas cada 6 meses. Los peces se alimentan con subproductos agrícolas locales, como maíz y hojas de mandioca, lo que reduce costos. Este modelo de piscicultura sostenible no solo proporciona proteína, sino que también genera ingresos para las familias, ya que el excedente se vende en mercados locales.
El trabajo de Sivan recibió el Premio Kaye a la Innovación en 2017, otorgado por la Universidad Hebrea. Su tecnología fue licenciada por Yissum, la compañía de transferencia tecnológica de la universidad, a la startup AquiNovo, que pertenece al Trendlines Group. AquiNovo desarrolla potenciadores de crecimiento para peces de piscifactoría, basados en las investigaciones de Sivan sobre las moléculas Neurokinin B y Neurokinin F, que regulan la reproducción y aceleran el crecimiento de las carpas en un 25 %.
Datos clave de la piscicultura de carpas en Uganda
- Producción: Cada estanque genera 200-300 kg de carpas cada 6 meses.
- Nutrición: Las carpas aportan 19 g de proteína por cada 100 g de carne.
- Aldeas: 14 comunidades alrededor del Lago Victoria participan en el proyecto.
- Granja: Cuatro granjas producen alevines para distribución local desde 2023.
- Impacto: Reduce la malnutrición en niños en un 30 % en aldeas participantes.
Metodología y desarrollo del proyecto en Uganda
Las técnicas de Sivan se centran en la reproducción controlada de las carpas africanas. Los agricultores inducen el desove con inyecciones hormonales, un método perfeccionado en Israel para las carpas locales. Las larvas se alimentan con zooplancton cultivado en estanques separados durante los primeros 30 días, antes de pasar a dietas basadas en residuos agrícolas. Este enfoque minimiza el uso de piensos comerciales, que representan hasta un 60 % del costo en piscifactorías convencionales. Los estanques se gestionan con sistemas de agua estancada, renovada cada cosecha para evitar enfermedades.
En 2015, el proyecto amplió su alcance al incluir capacitación en nutrición para las comunidades. Las mujeres, que lideran muchas de las granjas, aprendieron a incorporar las carpas en dietas infantiles, combinándolas con vegetales locales para maximizar la absorción de nutrientes. Las carpas africanas, similares a las israelíes, contienen vitamina B1 y riboflavina, esenciales para el desarrollo cerebral y la prevención de anemia. Estudios locales muestran que el consumo regular de carpas reduce la incidencia de anemia en niños en un 20 % en las aldeas participantes.
El modelo de Sivan también fomenta la sostenibilidad ambiental. Los estanques no requieren agua corriente, lo que conserva recursos hídricos en una región donde el 40 % pertenece a Uganda y el resto se comparte con Kenia y Tanzania. Además, las granjas evitan el uso de químicos, reduciendo la contaminación del Lago Victoria. En 2022, el proyecto recibió apoyo del Ministerio de Agricultura de Uganda, que destinó fondos para expandir las granjas a otras regiones del país, con el objetivo de alcanzar 50 aldeas para 2027.
La experiencia de Sivan en Israel ha sido clave para el éxito del proyecto. En el país, las carpas representan el principal pez de piscifactoría, con una producción anual de 10,000 toneladas. Sivan ha publicado más de 100 artículos sobre reproducción y crecimiento de peces, y su trabajo en Uganda se basa en décadas de investigación en el Robert H. Smith Faculty de la Universidad Hebrea. Su enfoque ha inspirado iniciativas similares en otros países africanos, como Zimbabue, donde se explora la piscicultura de tilapias.
Contexto global de la piscicultura y seguridad alimentaria

La piscicultura se ha convertido en un pilar para la seguridad alimentaria global. Según la FAO, la acuicultura aporta el 50 % del pescado consumido mundialmente, con una producción de 82 millones de toneladas en 2018. Las carpas, que representan el 58.4 % de las proteínas de peces de piscifactoría, son esenciales en países en desarrollo, donde proveen proteínas accesibles para familias de bajos ingresos. La captura de peces silvestres, que genera 7,135 kilotoneladas de proteína cruda, no ha crecido en las últimas dos décadas, lo que resalta la importancia de la acuicultura.
En África, la malnutrición afecta a más de 200 millones de personas, según datos globales. La disminución de peces silvestres, como en el Lago Victoria, agrava este problema. En Indonesia, otro país con alta prevalencia de malnutrición, las granjas de carpas y tilapias maximizan la producción de nutrientes como zinc y omega-3, según estudios recientes. Estos sistemas reducen la demanda de piensos a base de peces silvestres en un 30 %, aliviando la presión sobre los ecosistemas marinos.
La acuicultura también genera empleo. En Europa, representa el 20 % de la producción de pescado y emplea a 85,000 personas, principalmente en áreas rurales. En Uganda, el proyecto de Sivan no solo combate la malnutrición, sino que empodera a las comunidades al involucrar a mujeres en la gestión de las granjas. Esto refleja un modelo global donde la piscicultura sostenible combina beneficios nutricionales, económicos y ambientales.
El futuro de la acuicultura depende de su expansión sostenible. Se estima que para 2050, la producción de piscifactorías debe alcanzar 129 millones de toneladas para satisfacer la demanda de una población de 9,000 millones. Proyectos como el de Sivan en Uganda demuestran que las técnicas desarrolladas en Israel pueden adaptarse a contextos diversos, ofreciendo soluciones locales a un problema global. Su trabajo subraya el potencial de las carpas como una fuente de proteína accesible y sostenible.