Ro’im Rachok prepara a jóvenes con TEA para roles en el FDI y el mercado laboral desde 2013.
Capacitación de Ro’im Rachok para personas con TEA en Israel
El programa israelí Ro’im Rachok, fundado en 2013 por exagentes del Mossad, capacita a jóvenes con trastorno del espectro autista (TEA) para integrarse en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el mercado laboral. Este programa aprovecha habilidades específicas como la atención al detalle y el pensamiento analítico para entrenar a los participantes en profesiones técnicas. Inicialmente enfocado en el análisis de imágenes satelitales, se implementó en la Unidad 9900 de las FDI, un grupo de inteligencia visual. Desde su creación, más de 300 personas con TEA se han incorporado a 27 unidades de las FDI, contribuyendo en áreas como análisis de datos, mapeo GIS y electrónica.
Los fundadores, Tal Vardi y Leora Sali, ambos exmiembros del Mossad, diseñaron Ro’im Rachok para atender las necesidades de las FDI y al mismo tiempo brindar oportunidades a jóvenes con TEA, quienes tradicionalmente quedan exentos del servicio militar obligatorio en Israel. El programa comienza con una fase de selección rigurosa, seguida de un entrenamiento de tres meses en el Ono Academic College, donde los participantes aprenden habilidades profesionales y sociales, como el uso del transporte público y la gestión de horarios. Luego, durante tres a cuatro meses, trabajan como civiles en una unidad de las FDI antes de decidir si se enlistan como voluntarios.
En la Unidad 9900, los soldados con TEA analizan fotografías aéreas y satelitales, identificando patrones y detalles que otros podrían pasar por alto. Maj. R., comandante de la unidad, afirmó: “Estos soldados tienen una capacidad natural para concentrarse en las tareas sin distraerse”. Esta habilidad resultó crucial durante períodos de alta tensión, como los enfrentamientos en la frontera con Gaza en 2018, cuando las imágenes analizadas por los soldados de Ro’im Rachok ayudaron a planificar operaciones militares. El programa también expandió sus entrenamientos a otras áreas, como aseguramiento de calidad de software y electroóptica.
El impacto de Ro’im Rachok trasciende el ámbito militar. Los participantes adquieren experiencia profesional que les permite integrarse al mercado laboral tras su servicio. Empresas como Intel han contratado a egresados del programa, valorando sus habilidades técnicas. Tal Vardi señaló: “No se trata de caridad, sino de combinar necesidades reales con capacidades reales”. En 2016, el programa tenía alrededor de 50 participantes, pero para 2023, había crecido significativamente, mostrando su efectividad en la integración laboral.
Datos clave sobre Ro’im Rachok y la inclusión laboral
- Ro’im Rachok ha integrado a más de 300 personas con TEA en 27 unidades de las FDI.
- El programa comenzó en 2013 con enfoque en análisis de imágenes satelitales.
- Entrena en profesiones como mapeo GIS, electrónica y aseguramiento de software.
- Colabora con el Ono Academic College para la formación inicial.
- Egresados han sido contratados por empresas como Intel en el sector tecnológico.
Expansión y beneficios del programa Ro’im Rachok
Con el tiempo, Ro’im Rachok amplió su alcance más allá de la Unidad 9900. Actualmente, los participantes sirven en más de 10 unidades de la Inteligencia Israelí y la Fuerza Aérea de Israel, desempeñando roles en áreas como clasificación de información y electroóptica. El programa también ofrece soporte continuo durante el servicio, con terapeutas ocupacionales y psicólogos que asisten tanto a los soldados como a sus comandantes. Esto asegura una integración efectiva, incluso en entornos militares estructurados que pueden ser desafiantes para personas con TEA.
En 2015, Dan Korkovsky, un soldado de Ro’im Rachok, participó en la ceremonia del Día de la Independencia de Israel portando una antorcha, un reconocimiento a su contribución. En 2017, el programa recibió atención internacional durante la Conferencia de Políticas de AIPAC, donde Neta Gefen destacó su impacto. Para 2021, el FDI anunció planes de reclutar a 500 soldados con TEA a través de programas como Ro’im Rachok y otros similares, como Titkadmu, liderado por el capitán Udi Heller, el soldado de mayor rango con TEA en el FDI.
El programa también aborda desafíos sociales. En Israel, el servicio militar es un rito de paso que facilita la entrada al mercado laboral, pero las personas con TEA suelen quedar exentas, lo que limita sus oportunidades. Ro’im Rachok cambia esta dinámica al proporcionar habilidades transferibles. Por ejemplo, un egresado del programa, Sgt. Shlomi, afirmó: “Entré como una persona y salí como otra; ahora me siento entre iguales”. Este tipo de testimonios refleja el impacto del programa en la independencia de los participantes.
En el ámbito internacional, países como Reino Unido, Estados Unidos y Singapur han mostrado interés en replicar el modelo de Ro’im Rachok. El almirante británico Nick Hine, diagnosticado con TEA, abogó por la neurodiversidad en las fuerzas armadas del Reino Unido, citando el programa israelí como ejemplo. En Israel, el programa ha contribuido a reducir el estigma asociado al autismo, mostrando las capacidades de las personas con TEA en roles de alta responsabilidad.
Contexto global y neurodiversidad en el empleo
La necesidad de programas como Ro’im Rachok se enmarca en un contexto global. Según la Organización Mundial de la Salud, el 1% de la población mundial tiene TEA, lo que equivale a 1 de cada 100 nacimientos. En Israel, los diagnósticos de TEA aumentaron un 169% entre 2007 y 2018, según el Ministerio de Salud. En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reportaron que la prevalencia del TEA en niños de 8 años pasó de 1.47% en 2010 a 2.3% en 2018.
Estudios globales han identificado que las personas con TEA enfrentan tasas de desempleo significativas. Un informe de 2017 señaló que solo entre el 10% y el 20% de los adultos con autismo están empleados. En este contexto, programas como Ro’im Rachok son cruciales. En Israel, el programa no solo proporciona empleo, sino que también fomenta la integración social, un aspecto vital en una sociedad donde el servicio militar es un pilar cultural.
Otros países han implementado iniciativas similares. En Estados Unidos, empresas tecnológicas han creado programas de contratación para personas con TEA, valorando su capacidad para concentrarse en tareas repetitivas y analíticas. En Israel, la colaboración entre el FDI y el sector privado ha permitido que egresados de Ro’im Rachok encuentren empleo en campos como la informática y la seguridad, áreas donde sus habilidades son altamente demandadas.
El modelo de Ro’im Rachok también ha inspirado discusiones sobre la neurodiversidad en el ámbito militar. Mientras que algunos argumentan que los entornos militares pueden ser desafiantes para personas con TEA, otros, como Cpt. Udi Heller, sostienen que la estructura y las rutinas del ejército son ideales para quienes prosperan con horarios predecibles. Este enfoque ha posicionado a Israel como líder en la integración de personas neurodivergentes en roles significativos.