Desde 2014, el simposio Canadá-Israel fomenta la colaboración científica en TEA, uniendo a expertos para avanzar en diagnóstico, intervención y genética.
Colaboración Canadá-Israel fortalece estudios sobre TEA
En 2014, la Universidad Hebrea de Jerusalén organizó el Primer Simposio Canadá-Israel sobre Trastorno del Espectro Autista (TEA), un evento que marcó el inicio de una colaboración científica binacional. Investigadores de Israel y Canadá se reunieron para compartir avances en el diagnóstico, intervención y genética del TEA. El simposio, celebrado en Jerusalén, reunió a expertos de instituciones como la Universidad de Toronto y el Centro Médico Hadassah, quienes presentaron estudios sobre biomarcadores y terapias conductuales. Este encuentro estableció una plataforma para la cooperación continua, con el objetivo de mejorar la comprensión de las neurodivergencias.
El evento de 2014 contó con 120 participantes, incluyendo neurocientíficos, genetistas y clínicos. Las ponencias abordaron desde mutaciones genéticas asociadas al TEA hasta intervenciones tempranas basadas en evidencia. La Dra. Evdokia Anagnostou, de la Universidad de Toronto, presentó datos sobre ensayos clínicos para terapias farmacológicas, mientras que el Dr. Judah Weizmann, del Centro Médico Hadassah, compartió investigaciones sobre neuroimagen. El simposio también incluyó talleres para fomentar redes científicas, y provocó la creación de un consorcio binacional que ha coordinado proyectos conjuntos desde entonces.
En los años siguientes, el simposio se alternó entre Israel y Canadá, con ediciones en Toronto (2016) y Tel Aviv (2018). Cada evento amplió el alcance de la colaboración, incorporando temas como inteligencia artificial para el diagnóstico precoz y modelos animales para estudiar el TEA. En 2018, el simposio en Tel Aviv destacó por la participación de la Universidad Ben-Gurión, que presentó un estudio sobre terapias personalizadas basadas en perfiles genéticos. Los eventos han atraído financiamiento de organismos como los Institutos Canadienses de Investigación en Salud y la Fundación Israelí de Ciencia, con un total de 12 millones de dólares canadienses invertidos en proyectos conjuntos hasta 2023.
La colaboración ha generado resultados tangibles. En 2020, un equipo binacional publicó en Nature Neuroscience un estudio que identificó variantes genéticas raras vinculadas al TEA, utilizando datos de 5,000 pacientes de ambos países. Este hallazgo ha guiado el desarrollo de herramientas de detección temprana. Además, los simposios han promovido el intercambio de investigadores, con 15 científicos canadienses realizando estancias en Israel y 10 israelíes en Canadá entre 2014 y 2022. Estas iniciativas han fortalecido la capacidad científica de ambas naciones.

Datos clave sobre el Simposio Canadá-Israel en TEA
- Inicio: Primer simposio en 2014, organizado por la Universidad Hebrea de Jerusalén.
- Participantes: Más de 500 científicos de Israel y Canadá hasta 2023.
- Financiamiento: 12 millones de dólares canadienses en proyectos conjuntos.
- Publicaciones: 45 artículos en revistas como Nature Neuroscience y Journal of Autism.
- Intercambios: 25 investigadores han participado en estancias binacionales.
Avances científicos impulsados por el simposio binacional
Los simposios han abordado desafíos clave en el estudio del TEA. En la edición de 2016 en Toronto, los investigadores presentaron avances en la identificación de biomarcadores cerebrales mediante resonancia magnética funcional. El Dr. Stephen Scherer, de la Universidad de Toronto, destacó un proyecto que mapeó 200 genes asociados al TEA, financiado por el consorcio binacional. Por su parte, el equipo de la Universidad Hebrea compartió un modelo computacional para predecir la eficacia de intervenciones conductuales, basado en datos de 1,200 niños israelíes.
En 2021, debido a la pandemia, el simposio se realizó de forma virtual, organizado por el Instituto Weizmann de Ciencia. Este evento atrajo a 200 participantes y se centró en tecnologías emergentes, como algoritmos de aprendizaje automático para analizar patrones de comportamiento en niños con TEA. Un estudio presentado por la Universidad McGill demostró que estas herramientas podían detectar el TEA con un 85% de precisión en niños menores de tres años. Los investigadores israelíes, liderados por el Dr. Lior Wolf, complementaron este trabajo con un sistema de visión computacional para evaluar respuestas emocionales.
La edición de 2023, celebrada en Ottawa, marcó un hito al incluir a representantes de la Organización Mundial de la Salud, quienes discutieron la estandarización de criterios diagnósticos globales. Los equipos binacionales presentaron un proyecto piloto que integró datos genéticos y clínicos de 10,000 pacientes, financiado por la Fundación Azrieli. Este esfuerzo busca desarrollar terapias personalizadas, un área en la que Israel ha destacado por su experiencia en medicina de precisión.
El impacto de los simposios trasciende la investigación académica. Las colaboraciones han influido en políticas públicas, como la implementación de programas de detección temprana en Ontario y Jerusalén. En 2022, el Ministerio de Salud de Israel adoptó un protocolo basado en los hallazgos del consorcio, reduciendo el tiempo promedio de diagnóstico de 18 a 12 meses. En Canadá, las provincias de Columbia Británica y Quebec han incorporado intervenciones conductuales validadas por los estudios binacionales.
Contexto global de la investigación en TEA
El TEA afecta a aproximadamente 1 de cada 59 niños a nivel mundial, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. La complejidad del trastorno, que abarca desde dificultades sociales hasta comportamientos repetitivos, exige enfoques multidisciplinarios. La colaboración Canadá-Israel se ha posicionado como un modelo de cooperación internacional, comparable a iniciativas como el Consorcio Europeo de Autismo. A diferencia de otros esfuerzos, el simposio binacional destaca por su enfoque en la traducción de hallazgos científicos a aplicaciones clínicas.
Antes de 2014, la investigación en TEA en Israel y Canadá avanzaba de forma independiente, con limitados intercambios. La creación del simposio respondió a la necesidad de integrar datos genéticos, clínicos y conductuales en bases de datos compartidas. Desde entonces, los equipos han establecido un repositorio con información de 15,000 pacientes, accesible para investigadores de ambos países. Este recurso ha facilitado estudios comparativos sobre la prevalencia del TEA en diferentes poblaciones.
El modelo de colaboración también ha atraído la atención de otras naciones. En 2019, la Universidad de California se unió como observadora en el simposio de Haifa, aportando datos sobre intervenciones farmacológicas. Países como Australia y Reino Unido han expresado interés en replicar el formato del consorcio. Hasta 2025, los organizadores planean expandir el simposio para incluir a investigadores de Europa y Asia, manteniendo el enfoque en la innovación científica.
La Universidad Hebrea y la Universidad de Toronto continúan liderando la organización de los simposios, con el respaldo de instituciones como el Centro de Investigación Holland Bloorview en Canadá y el Centro Nacional de Investigación del Autismo en Israel. Los eventos han consolidado a ambos países como referentes en la investigación del TEA, con un impacto medible en la mejora de la calidad de vida de las personas con neurodivergencias.