Una empresa israelí desarrolló un software de análisis predictivo para detectar trastornos psíquicos, como depresión o esquizofrenia, a través del análisis de la voz del paciente.
Fundada el año 2000, VoiceSense realiza desde hace años investigaciones clínicas sobre el habla de los pacientes afectados por depresión o esquizofrenia en el Centro de Salud Mental Beer Yakov, el más grande de Israel.
“Durante los estudios clínicos llevados recientemente pudimos determinar la relación de ciertos patrones del habla con la depresión o el bienestar de una persona”, dijo Yoav Degani, psicólogo clínico y director ejecutivo de VoiceSense.
“Hoy no existen biomarcadores para raestrar la depresión”, indicó Degani, “sino que el diagnóstico es manual, basado en la relación entre el paciente y el doctor”.
Sin embargo, “nuestro producto ofrece un análisis psicológico objetivo y es muy accesible”, remarcó el psicólogo, que comenzó su carrera profesional sirviendo en una unidad de inteligencia de élite del Ejército de Defensa de Israel.
La compañía analiza conversaciones telefónicas de los pacientes, que recopila con su permiso en un sistema informático para después medir “los elementos de discurso prosódicos o no contenidos” a partir de su tecnología predictiva.
“No analizamos el contenido propio de las conversaciones, sino que estudiamos una variedad de 200 parámetros que incluyen la energía de la voz, el tono del habla, su nivel emocional, de ansiedad, estrés o ritmo”, agrega Degani.
Con todos los elementos analizados, se saca una serie de conclusiones de la actitud del paciente para determinar los patrones del habla que caracterizan a una persona con depresión.
“Seguimos a los pacientes desde el inicio de su proceso de hospitalización hasta que se encuentran en fase de recuperación, y los patrones de su discurso prosódico son distintos según su evolución”, comentó Degani, quien explicó que el sistema informático en el que basa su análisis ha sido validado en un gran número de idiomas, incluso con lenguas asiáticas que son tonales.
“Creemos que con nuestro método podemos prevenir hospitalizaciones y ayudar a los pacientes afectados por depresión a tener un proceso de atención médica mejor”, concluyó Degani, quien destacó que hoy en día hay más de 300 millones de personas en todo el mundo que sufren este trastorno anímico.