Investigadores israelíes usan transmisores satelitales para proteger aves, rastrear rutas y reducir amenazas en el Valle de Jule.
Innovación israelí protege aves migratorias
Investigadores israelíes han desarrollado transmisores satelitales miniaturizados que rastrean aves migratorias en el Valle de Jule, un punto crítico en las rutas entre África y Eurasia. Estos dispositivos, ligeros y precisos, permiten recopilar datos sobre patrones migratorios de especies como cigüeñas blancas y águilas. En 2024, un estudio de la Universidad Hebrea de Jerusalén registró movimientos de 120 aves equipadas con estos sensores, revelando rutas específicas y amenazas como colisiones con turbinas eólicas. La tecnología, respaldada por el Ministerio de Protección Ambiental de Israel, ha reducido un 15% los incidentes de aves en infraestructuras desde 2022.
El Valle de Jule, parte de la ruta migratoria del Mediterráneo oriental, acoge anualmente a 500 millones de aves de 300 especies, según el Fondo Nacional Judío (KKL-JNF). Los transmisores, con un peso de 5 a 25 gramos, no afectan el vuelo de las aves. Equipos de la Universidad de Tel Aviv analizan datos para mapear zonas de alto riesgo, como líneas eléctricas y edificios altos. En 2023, se implementaron medidas en el Parque Natural Lago Agamon Hula, donde se ajustaron estructuras para minimizar colisiones, protegiendo a grullas comunes y garcetas.
La tecnología israelí también identifica áreas para nuevas reservas naturales. Desde 2020, se han establecido tres zonas protegidas en el Alta Galilea basadas en datos de rastreo. La Autoridad de Naturaleza y Parques de Israel utiliza esta información para diseñar corredores seguros, reduciendo la mortalidad de aves migratorias en un 10% en áreas monitoreadas. Proyectos conjuntos con Europa y África han ampliado el alcance, compartiendo datos con organizaciones como BirdLife International.
El desarrollo de estos dispositivos comenzó en 2015, liderado por el Centro Minerva para la Ecología del Movimiento. Los transmisores usan GPS inverso ATLAS, un sistema creado por el profesor Sivan Toledo. Este sistema rastrea múltiples aves simultáneamente con una precisión de pocos metros, generando bases de datos extensas. En 2024, Israel exportó esta tecnología a Países Bajos y Alemania, aplicándola en estudios de albatros y cóndores.
Datos clave sobre rastreo de aves migratorias en Israel
- 500 millones de aves cruzan Israel anualmente en migración.
- Transmisores pesan entre 5 y 25 gramos, adaptados a especies.
- 15% de reducción en colisiones desde 2022 por medidas aplicadas.
- ATLAS rastrea aves con precisión de 2 metros cada segundo.
- Tres nuevas reservas naturales creadas desde 2020 en Galilea.

Impacto en conservación y colaboración internacional
Los datos recopilados han transformado la conservación en Israel. La Autoridad de Naturaleza y Parques reportó en 2024 que el monitoreo satelital ayudó a salvar a 2.000 grullas durante un brote de influenza aviar en 2021, al detectar patrones de movimiento anómalos. Los sensores alertaron a las autoridades, permitiendo una respuesta rápida. Además, el sistema ha identificado rutas de cigüeñas blancas que evitan zonas urbanas, guiando la planificación de infraestructuras en el Néguev.
La colaboración internacional ha crecido. En 2023, Israel firmó acuerdos con Kenia y Uganda para rastrear aves que invernan en África. La Universidad Ben-Gurión lidera un proyecto con China, aplicando transmisores en pelícanos del Mar de Galilea. Estos esfuerzos han generado 50 publicaciones científicas desde 2018, consolidando a Israel como líder en ecología del movimiento. La tecnología también se usa en Estados Unidos para proteger cóndores de California, evitando colisiones con turbinas.
El sistema ATLAS destaca por su bajo costo y alta precisión. Cada transmisor cuesta 200 dólares, accesible para proyectos globales. En Israel, el Ministerio de Ciencia y Tecnología invirtió 10 millones de shekels en 2023 para expandir su uso. Los datos se integran con radares y visión computacional, creando modelos predictivos de migración. Esto ha permitido anticipar llegadas masivas de aves al Valle de Jule, ajustando operaciones agrícolas para evitar conflictos.
Empresas israelíes como NanoDimension han contribuido fabricando componentes electrónicos para los transmisores. En 2024, la start-up EcoTrack lanzó una versión mejorada del dispositivo, con batería solar que extiende su vida útil a dos años. Esta innovación reduce la necesidad de recapturar aves para reemplazar baterías, minimizando el estrés en especies como águilas pomeranas.
Contexto histórico y avances tecnológicos
Israel ha sido un centro de estudio de aves migratorias desde la década de 1950. El Parque Natural Lago Agamon Hula, establecido en 1994, atrajo atención global por sus 400 especies de aves. Los primeros intentos de rastreo usaban anillos metálicos, pero los avances en GPS en los 2000 revolucionaron el campo. La Universidad Hebrea comenzó a experimentar con transmisores en 2005, enfocándose en murciélagos antes de expandirse a aves.
En 2018, el profesor Ran Nathan publicó un estudio en Science sobre el uso de big data en ecología, destacando el potencial de los sensores para predecir comportamientos. Su trabajo inspiró el desarrollo de ATLAS, que superó limitaciones de sistemas previos como Argos. Actualmente, 200 investigadores en Israel usan esta tecnología, generando 10 terabytes de datos anuales. El Instituto Weizmann analiza estas bases para modelar impactos del cambio climático en migraciones.
Las amenazas a las aves migratorias incluyen urbanización y cambio climático. Un informe de 2023 de la Autoridad de Naturaleza indicó que el 35% de las especies de vertebrados en Israel están en riesgo, con aves especialmente vulnerables. Los sensores han identificado alteraciones en rutas de currucas debido a temperaturas extremas, guiando políticas de conservación. En el mar Rojo, se crearon áreas marinas protegidas en 2022 para pelícanos basadas en datos satelitales.
El gobierno de Benjamín Netanyahu ha priorizado la innovación ecológica. En 2024, el Ministerio de Energía ajustó 50 turbinas eólicas en el Golán para proteger aves, usando datos de rastreo. Esta integración de tecnología y política refuerza el liderazgo de Israel en conservación, con planes para expandir el programa al desierto del Néguev en 2026.