Los científicos de la Universidad de Tel Aviv se unirán a un grupo de académicos europeos en un esfuerzo de, cuatro años y 7 millones de euros, para crear un robot, el GrowBot, que puede escalar como la hiedra o una planta de vid para superar los obstáculos.
Partiendo de la tradición, que ha visto una gran cantidad de robots inspirados en el movimiento de animales, los científicos tienen la intención de estudiar las plantas trepadoras como la hiedra y la vid para descubrir cómo se mueven al crecer y cuánta energía necesitan.
Los robots de baja masa y bajo volumen que el consorcio espera desarrollar se adaptarán a su entorno, al igual que las plantas trepadoras, y podrán sortear vacíos y maniobrar en superficies irregulares donde los robots existentes se atascarían o caerían, dice el consorcio en su página web.
“Los robots con ruedas o patas que existen en la actualidad, muchos de los cuales han sido inspirados por animales, pueden moverse a través de las superficies, pero tienen dificultades para lidiar con obstáculos, como escaleras, rocas, fisuras y fosas”, dijo Yasmin Meroz de la Universidad de Tel Aviv, de la George S. Wise Faculty of Life Sciences, que liderará el equipo israelí en el consorcio.
“Estamos sugiriendo un enfoque completamente diferente”: un robot de base botánica, inspirado en el movimiento de plantas trepadoras como la vid, la hiedra y la clemátide, que pueden sortear casi cualquier terreno: rocas y construcciones, abismos y arroyos.

“Las plantas tienen características de comportamiento”, dijo Moraz en un comunicado publicado por la Universidad de Tel Aviv. “Las plantas reaccionan a su entorno y toman decisiones todo el tiempo, pero a diferencia de los animales, las plantas son estacionarias, hacen las cosas de manera diferente”.
Por ejemplo, dijo, las plantas rastreras que los científicos planean estudiar resuelven problemas de movimiento al crecer en la dirección correcta: envían raíces a donde se encuentra el agua; suben y giran para alcanzar la luz del sol; se anclan en grietas y en objetos y al mismo tiempo son ligeras y pueden llegar a medir 200 metros de largo.
Los científicos esperan crear así nuevos robots escaladores, que en el futuro podrían usarse en edificios y diseño urbano, para incrustar sensores de guía dentro de las ciudades, o para exploraciones en el campo arqueológico o en edificios que se hayan derrumbado.
“Las plantas son organismos vivos fascinantes, de los cuales aún sabemos muy poco”, dijo Barbara Mazzolai, directora de investigación en Pisa, IIT-Istituto italiano di Tecnologia de Italia, que coordina el proyecto financiado por la Comisión Europea.
El desarrollo de tecnologías inspiradas en el comportamiento de las plantas permitirá a los científicos obtener una “comprensión más profunda” del mundo de las plantas, que es “variado y extremadamente inteligente”, al mismo tiempo que desarrolla robots con materiales blandos, soluciones de ingeniería y fuentes de energía que son “innovadores y sostenibles para nuestro planeta”, dijo.
Los GrowBots desarrollados por el consorcio utilizarán tecnologías innovadoras, como la impresión tridimensional, y podrán crecer al mismo tiempo que conservan su ligereza como una planta trepadora, según el comunicado.
En 2012, Mazzolai coordinó un proyecto europeo que dio a luz al primer robot planta en el mundo, el Plantoid, capaz de reproducir el comportamiento de las raíces de las plantas.

El laboratorio de Meroz de la Universidad de Tel Aviv será responsable del desarrollo de modelos matemáticos que se integrarán en el cerebro de los GrowBots, permitiéndoles procesar la información recopilada del entorno a través de sistemas de detección, y luego formular las decisiones correctas y las estrategias de crecimiento óptimas de acuerdo con la ruta y condiciones del campo.
“Un robot en crecimiento podrá realizar tareas en muchos lugares que son intransitables para los humanos, los vehículos y los robots con patas y ruedas. Pasará a través de grietas estrechas, escalará rocas y paredes, y abrirá espacios en puentes”, dijo Meroz. Podría entrar en edificios colapsados, “explorar la faz de Marte” y los sitios arqueológicos, y entrar en sitios contaminados, dijo.
Los robots también podrían encajar en las ciudades inteligentes del futuro, dijo. “Las estructuras robóticas que crecen solas pueden servir como puentes e incluso pueden convertirse en edificios que se construyen por sí mismos”.
Los científicos incluyen un equipo multidisciplinario de robotistas, botánicos, matemáticos, científicos de materiales e informáticos de Italia, Alemania, Francia, España e Israel.
La iniciativa es parte del programa Horizon 2020 FET, que apoya proyectos tecnológicos.