Estudio de la Universidad de Tel Aviv usa microARN y quimioterapia para bloquear metástasis en ratas, con posible aplicación en humanos.
Investigación israelí detiene metástasis en cáncer de mama
Un estudio liderado por la Universidad de Tel Aviv, bajo la dirección del doctor Noam Shomron, demostró que la combinación de terapia genética y quimioterapia inhibe significativamente la metástasis en cáncer de mama en ratas. Publicado en Nature Communications, el trabajo utilizó un hidrogel con microARN para bloquear la capacidad de las células cancerosas de cambiar de forma y moverse, un proceso clave en la diseminación del cáncer. Los resultados muestran una reducción notable de sitios metastásicos, con potencial aplicabilidad en humanos.
En el experimento, los investigadores indujeron cáncer de mama en ratas y, tras dos semanas, inyectaron un hidrogel con microARN en el tumor primario. Este compuesto apuntó a genes reguladores, como PALLD, que codifica la proteína Palladin, esencial para la movilidad celular. Dos días después, los tumores primarios fueron extirpados, y tres semanas más tarde, las ratas tratadas con los microARN miR-96 y miR-182 presentaron mínima o nula metástasis, en contraste con el grupo de control, que mostró proliferación metastásica fatal.
El doctor Shomron, de la Facultad de Medicina Sackler, explicó: “Nuestra misión fue bloquear la capacidad de una célula de cáncer de cambiar de forma y moverse”. La técnica se centró en silenciar genes que permiten la reorganización del citoesqueleto, impidiendo la migración de células cancerosas. Este enfoque combina la quimioterapia tradicional, que ataca el tumor primario, con la terapia genética, que previene la diseminación, ofreciendo una estrategia dual contra el cáncer de mama.
El cáncer de mama afecta a una de cada ocho mujeres a nivel mundial y es la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres, con una probabilidad de mortalidad de 1 en 36. La metástasis, principal causa de Muertes, ocurre cuando las células tumorales invaden otros órganos, un proceso regulado por programas genéticos específicos. Los microARN, moléculas pequeñas de ARN, regulan la expresión génica y han emergido como herramientas prometedoras en la lucha contra el cáncer.
Datos clave sobre la terapia genética en cáncer de mama
- MicroARN utilizados: miR-96 y miR-182, que regulan el gen PALLD, clave en la movilidad celular.
- Metodología: Inyección de hidrogel con microARN en tumores primarios de ratas, seguida de quimioterapia.
- Resultados: Reducción significativa o eliminación total de metástasis en ratas tratadas.
- Publicación: Nature Communications, septiembre de 2016, con autores de la Universidad de Tel Aviv y MIT.
- Potencial humano: Los investigadores planean ensayos en animales mayores antes de pruebas clínicas en humanos.

Metodología y resultados del estudio de Tel Aviv
El equipo de Shomron diseñó un hidrogel con nanopartículas que contenían miR-96 y miR-182, dirigido al gen PALLD. Este gen, que codifica la proteína Palladin, organiza el citoesqueleto, facilitando la migración celular. Los investigadores identificaron un polimorfismo que afecta la unión de los microARN al ARN mensajero de PALLD, reduciendo su expresión y limitando la capacidad invasiva de las células tumorales. En presencia de un alelo específico, los microARN no se unen, lo que permite la metástasis.
El experimento incluyó tomografías computarizadas, biopsias y análisis patológicos para evaluar los resultados. Las ratas tratadas mostraron una supresión significativa de la metástasis, mientras que el grupo de control, inyectado con ARN aleatorio, desarrolló múltiples sitios metastásicos. La adición de cisplatino, un fármaco quimioterapéutico, a las nanopartículas potenció la reducción del tumor primario y la prevención de la diseminación.
Natalie Artzi, coautora del estudio y profesora en el Massachusetts Institute of Technology, señaló: “Hemos reconocido el papel crítico de estos microARN en la detención de la propagación del cáncer de mama”. El equipo planea realizar ensayos en animales de mayor tamaño, como paso previo a estudios clínicos en humanos, para validar la eficacia y seguridad de esta terapia.
El estudio se basa en investigaciones previas que exploraron el papel de Palladin en la migración celular, pero es el primero en utilizar microARN para silenciar este gen y prevenir la metástasis. La combinación de terapia genética y quimioterapia representa un avance en el tratamiento del cáncer de mama de diagnóstico temprano, al abordar tanto el tumor primario como la propagación secundaria.
Contexto científico de la terapia genética en cáncer
La terapia genética ha ganado relevancia en la oncología debido a su capacidad para corregir alteraciones genéticas o inhibir genes que promueven el cáncer. Los microARN, descubiertos en la década de 1990, regulan la expresión de múltiples genes y están implicados en procesos como la proliferación, apoptosis y metástasis. En el cáncer de mama, genes como HER2, BRCA1 y PIK3CA son dianas frecuentes de terapias dirigidas, pero los microARN ofrecen un enfoque más preciso al modular redes genéticas completas.
Investigaciones previas, como las realizadas en la Universidad de Princeton en 2021, identificaron genes como MTDH como clave en la metástasis, logrando inhibirlos farmacológicamente en modelos animales. En 2024, el CSIC en España desarrolló una firma genética (hTSGS) para predecir la respuesta a quimioterapia en cáncer de mama HER2-positivo, destacando la importancia de la personalización del tratamiento. Estos estudios complementan el trabajo de Tel Aviv, que se enfoca en la prevención de la metástasis mediante microARN.
La combinación de terapias genéticas con quimioterapia ha mostrado efectos sinérgicos en otros cánceres. Por ejemplo, ensayos con adenovirus que portan genes supresores como p53 o Rb han inhibido el crecimiento tumoral en carcinoma nasofaríngeo y vejiga. La técnica de Tel Aviv se distingue por su enfoque en la movilidad celular, un aspecto crítico de la metástasis que pocas terapias abordan directamente.
El cáncer de mama sigue siendo un desafío global, con 2.3 millones de casos nuevos diagnosticados en 2020, según la Organización Mundial de la Salud. La metástasis, responsable del 90% de las muertes por cáncer, requiere enfoques innovadores como el desarrollado por Shomron y su equipo, que podrían transformar el tratamiento de esta enfermedad en las próximas décadas.