La Universidad de Tel Aviv ha construido y lanzado un nanosatélite, diseñado para medir la radiación cósmica en el espacio.
El nanosatélite, llamado TAU-SAT1, fue ideado, desarrollado, ensamblado y probado en el nuevo Centro de Nanosatélites, un esfuerzo interdisciplinario de las facultades de Ingeniería y Ciencias Exactas y de la Escuela Porter de Ciencias del Medio Ambiente y de la Tierra. Sus dimensiones son aproximadamente 10 cm. por 10 cm. por 30 cm. – el tamaño de una caja de zapatos – y pesa menos de 2,5 kg.
El satélite recogerá datos mediante antenas y los transmitirá para su análisis a la estación de la Universidad de Tel Aviv, que se encuentra en la parte superior del edificio de ingeniería de la universidad.
“Sabemos que hay partículas de alta energía que se mueven por el espacio y que se originan en la radiación cósmica”, dijo el Dr. Meir Ariel, director del Centro de Nanosatélites de la universidad. “Nuestra tarea científica es monitorear esta radiación, y medir el flujo de estas partículas y sus productos”.
“Debe entenderse que el espacio es un ambiente hostil, no solo para los humanos sino también para los sistemas electrónicos”, dijo. “Cuando estas partículas golpean a los astronautas o a los equipos electrónicos en el espacio, pueden causar un daño significativo”.
“La información científica recogida por nuestro satélite permitirá diseñar medios de protección para los astronautas y los sistemas espaciales”, dijo Meir. “Para ello, incorporamos al satélite una serie de experimentos desarrollados por el Departamento de Medio Ambiente Espacial del Centro de Investigación Nuclear Soreq”.
El satélite también servirá como relevo espacial para las estaciones de radioaficionados de todo el mundo. Esto también es parte del objetivo de estos nanosatélites, que es participar en la revolución del “nuevo espacio”, donde el espacio estará abierto no solo a los gobiernos y empresas, sino también a los civiles.
“Estamos viendo una revolución en el campo del espacio civil”, dijo el Prof. Colin Price, uno de los jefes académicos del nuevo centro. “Llamamos a esto ‘nuevo espacio’ en oposición al ‘viejo espacio’ donde solo compañías gigantes con enormes presupuestos y grandes equipos de ingenieros podían construir satélites”.
“Como resultado de la miniaturización y la modulación de muchas tecnologías, hoy en día las universidades están construyendo pequeños satélites que pueden ser desarrollados y lanzados en menos de dos años, y a una fracción del presupuesto en el viejo espacio”, continúa Price. “Acabamos de terminar la construcción del primer nano-satélite de la Universidad de Tel Aviv, y está listo para ser lanzado”.
Se espera que el satélite permanezca operativo durante varios meses antes de que empiece a perder velocidad debido a la resistencia atmosférica, lo que hará que se queme en la atmósfera y vuelva a la tierra como polvo de estrellas.
Sin embargo, como la infraestructura que rodea el lanzamiento de tal proyecto ha sido construida, un nuevo TAU-SAT2 comenzará a desarrollarse en breve. Se espera que en el futuro, cualquier investigador o estudiante – o incluso personas ajenas a la universidad – puedan lanzar experimentos al espacio, incluso sin ser expertos en la materia.