El líder del grupo terrorista Hezbolá, respaldado por Irán, Hassan Nasrallah, dijo el domingo que pronto zarparán buques con combustible iraní y otros para aliviar la escasez de combustible en Líbano.
Nasrallah insistió en que el grupo no pretendía intervenir y sustituir al Estado comprando el combustible. El primer barco, que el jueves pasado el grupo terrorista anunció que estaba a punto de salir de Irán, ya había zarpado, dijo.
“No estamos ocupando el lugar del Estado, ni somos una alternativa a las empresas que importan combustible”, dijo en un discurso ante sus partidarios, sin detallar cómo entrarían los cargamentos en el país.
Los enemigos de Hezbolá en el Líbano han advertido de las graves consecuencias de la medida, afirmando que se corre el riesgo de que se impongan sanciones a un país cuya economía está en crisis desde hace casi dos años.
La llegada del combustible iraní marcaría una nueva fase en la crisis financiera, que el Estado libanés y sus facciones gobernantes -incluido Hezbolá- no han conseguido atajar ni siquiera cuando el combustible se ha agotado y la escasez ha provocado una violencia mortal.
La embajadora de Estados Unidos en el Líbano, Dorothy Shea, dijo el jueves que el Líbano no necesitaba buques cisterna iraníes, citando “un montón” de barcos de combustible frente a la costa esperando para descargar.
Estados Unidos estaba en conversaciones con Egipto y Jordania para ayudar a encontrar soluciones a las necesidades de combustible y energía de Líbano, dijo, hablando horas después de que Hezbolá dijera que estaba organizando los envíos.