El analista de la fundación Defence of Democracy en Washington analizó para infobae el poder de Irán y Hezbolá en la región. El papel de Venezuela y Cuba en su plan para el establecimiento de redes de apoyo logístico para potenciales ataques.
Emanuele Ottolenghi, especialista en financiación de grupos terroristas y delictivos, y miembro de la Fundación para la Defensa de las Democracias, identifica la triple frontera, donde confluyen Argentina, Brasil y Paraguay, como el principal foco de terrorismo en América Latina. Este catedrático italiano, advierte que en al zona hay grupo instalados hace más decada. «Hay mucha actividad, allí la convergencia entre la financiación del terrorismo y el lavado de dinero es más impactante».
-¿Por qué el foco es la Triple frontera?
Porque allí las fronteras son muy porosas, hay una historia de tráfico de comercios ilícito en todas esas fronteras y hay presencia de comunidades islámicas radicalizadas con vínculos muy fuertes con Hezbolá e Irán. Y sus tráficos son vitales al financiamiento del terrorismo en oriente medio. Además, son lugares donde las redes del crimen organizado trabajan muy bien y hay una cooperación creciente entre ellas y las redes de apoyo a terrorismo, porque los unos pueden ofrecer servicios a los otros y esos cooperación otorga una ganancia mutua.
-¿Qué tipo de servicio, por ejemplo, le puede ofrecer un cártel de droga a Hezbolá?
La red de financiamiento al terrorismo, de apoyo financiero al terrorismo, ofrece servicios logísticos a los cárteles. Puede blanquear el dinero que llega de la venta las drogas. Los cárteles pueden ofrecer la mercadería misma, la droga , que usan como pago. La transfieren a otros mercados como Europa, allí la venden y la ganancia se usa para financiar el terrorismo. Entonces los dos ganan cooperando juntos
-Más allá de los vínculos económicos, ¿cuál es el objetivo ideológico?
Irán tiene un objetivo ideológico en la región muy claro. Irán ve la región como un territorio de penetración ideológica. Individualiza a latinoamérica, desde hace más de 35 años, como un lugar de exportación de su revolución de sus ideales antiimperialistas. Hay convergencia con movimientos de izquierda en la región. Además, Irán avanza con sus centros culturales, con sus redes de clérigos viajantes, misioneros que llegan a la región difundiendo el mensaje de la revolución islámica. Pero hay otro objetivo, el establecimiento de redes de apoyo logístico para potenciales ataques en el futuro. Argentina conoce muy bien este tema, pero recientemente hay ejemplos de otros intentos: hay un caso en Perú, de un operativo de Hezbolá en 2013 y el arresto reciente en EEUU de otro miembro de Hezbolá que viajó a en Panamá a recoger información para objetivos civiles, incluido el canal de panamá. En toda América Latina están esos dos fenómenos, la penetración ideológica y el establecimiento de redes de apoyo para posibles ataques terroristas.
Irán ve la región como un territorio de penetración ideológica. Pero hay otro objetivo, el establecimiento de redes de apoyo logístico para potenciales ataques en el futuro.
-¿Por qué los gobierno no logran frenar el arraigo de Irán y Hezbolá en la región?
Los gobiernos de la región actúan sobre todo cuando llega presión política de EEUU pero no hacen bastante. Uno de los problemas es que muchos de las élites políticas de la región está de alguna manera vinculados con el apoyo al terrorismo. La triple frontera es la zona más importante en financiamiento al terrorismo en latinoamérica. En la triple frontera ya están redes conocidas hace mucho más de una década y las autoridades hasta el día de hoy no les tocan.
-En los últimos años han cambiado algunos gobiernos en la región, como en Paraguay, Argentina y Brasil, ¡se modificó el escenario?
Estos cambios crearon un potencial para modificar la situación pero lo que sucede localmente no cambió. En las zonas fronterizas los tráficos ilícitos continúan, la cooperación con los cárteles continúa. La policía, los aduaneros… los que deben aplicar la ley, todavía siguen siendo corruptos y siguen trabajando con estas redes.
-En estos días se ven atentados fueras de nuestras fronteras, ¿Latinoaméroca, entonces, es un objetivo terrorista?
Cada país debe considerarse como un objetivos terroristas. Vimos redes que recogían información para atentados en Brasil durante las Olimpíadas, hay redes activas aquí en Argentina, en la Triple Frontera, en Perú, en otros lugares del Cono Sur… Hay presencia de radicales chiítas y sunitas desde México hasta Tierra del Fuego. Así que no hay un país que sea invulnerable contra la amenaza del terrorismo.
Hay presencia de radicales chiítas y sunitas desde México hasta Tierra del Fuego. Así que no hay un país que sea invulnerable contra la amenaza del terrorismo
-Hablamos de Argentina, paraguay, Brasil, Bolivia y Perú… ¿Qué pasa con Venezuela?
Venezuela no es solamente un socio de Irán, es la base operativa avanzada de Irán en Latinoamérica. Muchísimas de las actividades de penetración ideológica de Irán en la región empezaron en Venezuela. Un ejemplo muy peligroso es que durante el régimen chavista se dieron pasaportes con nuevas identidades venezolanos a operativos de Hezbolá que viajan por toda la región con menos nivel de sospecha. Irán apoya todavía este régimen. Muchas de las técnicas que las fuerzas de seguridad venezolana utilizan para reprimir las protestas pacíficas de la oposición son parecidas a lo que los iraníes hicieron contra su oposición en 2009, después de la elección de Mahmoud Ahmadinejad. Sabemos que Irán ayudó a Venezuela a construir milicias populares de defensa muy parecidas a los que se llama el Basij, que es una milicia de defensa ideológica central en el mecanismo de represión irani. Copiaron al modelo y los iraníes continúan siendo, con Cuba, los consejeros de este régimen para garantizar su supervivencia.
-¿Y con Cuba, cuál es la relación de Irán y Hezbolá?
Es una relación de cooperación. Lo más interesante es que un régimen comunista, no exactamente amigo de la religión, no solo coopera con Irán y lo ve como un compañero de lucha, sino que el régimen cubano le permitió establecer un centro religioso en La Habana cuyo objetivo es convertir a los locales. Hace cuatro años que convierte a cubanos y esos convertidos a la revolución iraní misionan por toda la región.
Fuente: Infobae