Fuerzas islamistas hutíes, con apoyo de Irán, lanzaron un misil balístico hacia Israel en la madrugada del domingo. El ejército israelí logró interceptarlo antes de que cruzara su territorio.
Alrededor de las 5 de la mañana, sirenas resonaron en varias localidades de Aravá, al sur del mar muerto, alertando a la población.
Yahya Sarea, portavoz militar hutí, declaró que el misil apuntó a la base aérea de Nevatim, ubicada en el desierto de Néguev. Este ataque marcó el segundo día consecutivo contra esa instalación.
No se reportaron víctimas ni daños materiales tras el incidente.
Una alerta temprana se envió a una extensa área del sur de Israel antes de que las sirenas activaran notificaciones automáticas en los teléfonos de los civiles. El sistema, implementado recientemente, presentó fallos iniciales, como envíos de advertencias a zonas más amplias que las previstas o ausencia de alertas.
El sábado, otro misil hutí, dirigido también a la base de Nevatim, activó sirenas en la región de Beersheba.
Desde el 18 de marzo, cuando las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) intensificaron su ofensiva contra Hamás en Gaza, los hutíes dispararon más de 20 misiles balísticos y varios drones contra Israel. Solo la mitad de estos misiles desencadenaron sirenas y fueron derribados; los demás no alcanzaron su objetivo.
Las sirenas obligan a miles de israelíes a buscar refugio en cualquier momento de la noche, lo que provoca lesiones durante los traslados. Además, los escombros de las intercepciones han causado muertes, heridas y daños en el pasado.
Con el lema “Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, una maldición para los judíos”, los hutíes iniciaron ataques contra Israel y el tráfico marítimo en noviembre de 2023, tras el asalto de Hamás del 7 de octubre.
Recientemente, Estados Unidos ejecutó bombardeos masivos en Yemen contra los hutíes, dirigidos a sus líderes y estructuras clave.