El ejército libanés emitió una declaración el lunes en la que dijo que los equipos de sus investigadores, asistidos por expertos franceses, han descubierto 25 contenedores de ácido clorhídrico y 54 contenedores de otros materiales peligrosos en el Puerto de Beirut, que fue devastado el 4 de agosto por una explosión masiva atribuida a una reserva de nitrato de amonio mal almacenada.
La declaración del ejército libanés advirtió que la fuga de estos productos químicos adicionales podría tener resultados “catastróficos”. Los ingenieros del ejército descubrieron previamente 20 contenedores de material tóxico con fugas potencialmente peligrosas que los bomberos aseguraron rápidamente.
Otras autoridades portuarias regionales están comprensiblemente preocupadas por el peligro de una explosión al estilo de Beirut. Mustafá Sanallah, presidente de la Corporación Nacional de Petróleo de Libia, advirtió la semana pasada que varios de los puertos de Libia corren el riesgo de sufrir explosiones a causa de productos químicos peligrosos, en este caso el gas amoníaco, un riesgo que es especialmente agudo con el calor y la continua lucha entre facciones que implica una gran cantidad de artefactos explosivos. A Sanallah le preocupaba que los puertos libios de Brega, Ras Lanuf y Sidra tuvieran existencias de material potencialmente explosivo mucho mayores que las del puerto de Beirut.
El Washington Post encontró a funcionarios nerviosos observando sus propias reservas riesgosas de productos químicos combustibles en los puertos de Senegal, Egipto, India y Rumania.
Los funcionarios rumanos decidieron tomar medidas enérgicas contra el nitrato de amonio almacenado incorrectamente y encontraron nueve mil toneladas de éste esparcidas por todo el país, aproximadamente cuatro veces la cantidad que hizo explotar la mitad de Beirut. Consternados, los funcionarios portuarios senegaleses se dieron cuenta de que estaban atrapados con una cantidad incómoda de nitrato de amonio porque su puerto de Dakar constituye la principal ruta de navegación hacia Malí, país cuyas fronteras han sido cerradas debido a la agitación política.
En cuanto al Líbano, la situación política parece demasiado estable. The Guardian observó el martes que a pesar de la amplia expectativa de reforma política después de que cientos de personas murieron y resultaron heridas por la última llamada de atención, la clase dirigente del Líbano parece permanecer firmemente en el poder, cada facción no está dispuesta a renunciar a ningún poder o a cargar con la culpa de la explosión de Beirut.