Desde el estallido de la sangrienta guerra civil en Siria en 2011, los ataques del régimen de Assad y de Rusia mataron a casi 1.000 trabajadores humanitarios, según un informe de un organismo de control de los derechos humanos sirio, el miércoles.
Un total de 979 trabajadores humanitarios, 882 de los cuales fueron asesinados por el régimen de Assad y 97 por Rusia entre marzo de 2011 y diciembre de 2019, según un informe de la Red Siria de Derechos Humanos (SNHR).
El régimen de Assad atacó las instalaciones y los vehículos de los trabajadores humanitarios en 1.044 ocasiones, mientras que las fuerzas rusas lo hicieron en 403 ocasiones.
Más de 3.800 trabajadores humanitarios siguen detenidos o desaparecidos a manos de las fuerzas del régimen de Siria y las fuerzas de Rusia.
Las fuerzas del régimen bombardearon los centros de asistencia para impedir que las organizaciones humanitarias locales e internacionales prestaran servicios médicos en esas zonas asediadas.
“El régimen sirio ha superado con creces el nivel de barbarie mostrado por muchos otros regímenes violentos y dictatoriales”, dice el informe, y añade que las detenciones y los enjuiciamientos de trabajadores humanitarios, así como los ataques deliberados y los bombardeos de organizaciones humanitarias son comunes sobre el terreno.
Todos estos factores suponen un grave desafío para el personal humanitario existente de las organizaciones locales e internacionales, añade el informe.
El SNHR enfatizó que las fuerzas rusas bombardearon deliberadamente la agencia de defensa civil de los Cascos Blancos el 30 de septiembre de 2015.
Subrayando que Rusia atacó el convoy de ayuda humanitaria en el distrito de Urum al-Kubra, en la provincia siria noroccidental de Alepo, el 19 de septiembre de 2016, el informe criticó a la ONU por no dar seguimiento a su investigación.
El ataque a Urum al-Kubra y otros ataques a trabajadores humanitarios constituyen crímenes de guerra de acuerdo con la Convención de Ginebra y es parte de los deberes de la Corte Penal Internacional de hacer responsables a los perpetradores, agregó el informe.
Siria acaba de empezar a salir de un conflicto devastador que comenzó en 2011 cuando el régimen de Bashar al-Assad reprimió a los manifestantes con una ferocidad inesperada.
Cientos de miles de civiles han muerto o han sido desplazados en el conflicto, principalmente por ataques aéreos del régimen contra zonas controladas por la oposición.